El Ministerio de Sanidad ha publicado la actualización de la Estrategia en Cáncer, aprobada por unanimidad en el pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), en la que se ahonda en aspectos claves del abordaje del cáncer como la prevención mediante estilos de vida saludables; el diagnóstico precoz; la progresiva extensión del modelo de atención multidisciplinario y cooperativo basado en redes asistenciales entre profesionales y centros; el enfoque específico de algunos tumores a través de centros de referencia nacionales y europeos; o los avances en medicina de precisión.
Asimismo, el documento, coordinado por el Ministerio de Sanidad y en el que se ha venido trabajando en los últimos meses, es el resultado del trabajo conjunto y el consenso de las sociedades científicas, asociaciones de pacientes, Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), y comunidades autónomas, también se ocupa de retos aún no suficientemente resueltos como la atención psicológica y la evaluación de las necesidades de los pacientes que han sobrevivido al cáncer.
La Estrategia, dirigida a mejorar la calidad de la atención que reciben las personas enfermas de cáncer y sus familias, recoge 40 objetivos, 52 acciones para alcanzarlos, 99 indicadores de evaluación de la consecución de estos objetivos y acciones y 5 líneas de actuación: promoción de la salud y prevención en cáncer, atención sanitaria, atención sanitaria a la infancia y adolescencia, datos e información de cáncer e investigación.
Para ello, el documento establece un conjunto de objetivos y recomendaciones sobre la calidad de las intervenciones y resultados de los servicios y de la atención sanitaria. Los objetivos y acciones de la Estrategia en Cáncer del SNS están alineados con los del Plan Europeo aprobado el 3 de febrero y se trabajarán conjuntamente durante los próximos años de implementación.
ASPECTOS FUNDAMENTALES DE LA ESTRATEGIA EN CÁNCER 2021
En concreto, la estrategia desarrolla el Código Europeo contra el Cáncer que define 12 recomendaciones dirigidas a la ciudadanía para prevenir el cáncer y se incorporan nuevos aspectos en la prevención del cáncer asociado al ámbito laboral y a la exposición al radón.
La progresiva extensión del modelo de atención multidisciplinario es relevante en la atención oncológica, por lo que señala la importancia de un acceso rápido cuando hay síntoma de riesgo de diagnóstico de cáncer, así como una mejor conexión entre Atención Primaria y Hospitalaria.
Además, la aprobación por el Consejo Interterritorial del cribado poblacional del cáncer de cuello de útero, junto con el de cáncer de mama y colorrectal, es fundamental para detectar precozmente el cáncer y, por lo tanto, mejorar la supervivencia.
La decisión del Consejo Interterritorial de 2018 sobre el modelo asistencial en cáncer pediátrico, abogando por una concentración de los tratamientos en centros de referencia de acuerdo con las recomendaciones europeas marca una inflexión en el modelo de trabajo asistencial. El desarrollo de un modelo cooperativo basado en redes asistenciales entre profesionales y centros puede ser un marco de institucional que permita optimizar los recursos asistenciales en España.
El desarrollo de la historia clínica electrónica compartida, ampliamente extendida, posibilita nuevas formas de trabajo colaborativo que permiten hacer crecer la colaboración y la especialización, con la reducción al mínimo del movimiento de los pacientes.
Asimismo, la nueva estrategia apunta a la medicina de precisión como nueva manera de abordar el diagnóstico y el tratamiento del cáncer, no sólo por los biomarcadores asociados a la decisión terapéutica sino también, por la posibilidad de estratificar mejor la enfermedad, el pronóstico y por evaluar la predicción de la respuesta al tratamiento o de la toxicidad.
El modelo de centros europeos de referencia, junto con el de Centros de referencia del SNS (CSUR) en España, muestra un enfoque clave para mejorar los resultados clínicos en los tumores raros. El documento indica que acumular experiencia clínica, diagnóstica y terapéutica en estos cánceres de baja frecuencia permite evaluar los resultados clínicos y disponer de la tecnología terapéutica necesaria para un óptimo resultado clínico.
La calidad de vida, la atención psicológica y la evaluación de las necesidades de los pacientes que han sobrevivido al cáncer son retos no resueltos en nuestro SNS que se abordan en la estrategia.
ACUERDO SOBRE LA COVID-19 Y LA PREVENCIÓN Y EL CONTROL DEL CÁNCER
También el pleno del CISNS aprobó el acuerdo sobre la Covid-19 y la prevención y el control del cáncer, que da respuesta al mandato de la Comisión de Sanidad y Consumo del Senado, de octubre de 2020 y ha sido elaborado y consensuado por el Comité de Seguimiento y Evaluación de la Estrategia en Cáncer del SNS, formado por las sociedades científicas y asociaciones de pacientes relacionadas con cáncer, las comunidades autónomas, el ISCIII y el Ministerio de Sanidad.
El documento reflexiona sobre el impacto que la pandemia COVID-19 ha podido tener en la atención al cáncer, que, aunque aún no se conoce de manera global, sí se ha observado la interrupción de procedimientos y tratamientos de riesgo, y una mayor presión en la capacidad hospitalaria y la Atención Primaria.
Así, se han acordado prioridades de actuación a implementar en el SNS con el objeto de mejorar la atención sanitaria a las personas con cáncer durante la pandemia. Se evaluará el impacto de la pandemia de la COVID-19, mediante análisis de los datos asistenciales y epidemiológicos disponibles de todo el Sistema Nacional de Salud, y se mantendrán los programas de cribado.
El acuerdo establece criterios comunes sobre los aspectos asistenciales que deberían ser modificados tras el primer impacto de la pandemia, entre otros, la mejora del diagnóstico en la atención primaria favoreciendo la evaluación de síntomas de sospecha de cáncer a través de la consulta presencial y manteniendo las revisiones del programa del niño sano; y asegurar el acceso a pruebas diagnósticas en atención primaria y hospitalaria a través de circuitos protegidos frente a la COVID-19.
Asimismo, entre los criterios recogidos, el documento contempla planes para mantener una provisión basal de servicios de diagnóstico y tratamiento de cáncer durante los picos Covid-19; define el rol de la teleconsulta, telemonitorización y la telefarmacia; y promueve estrategias terapéuticas con evidencia científica que reduzcan las visitas sanitarias.
Además, establece mecanismos para mantener de forma segura la cirugía del cáncer, así como el tratamiento sistémico o radioterapia; dispone de protocolos homogéneos para garantizar el acompañamiento presencial; y asegura la atención al dolor, atención psicológica y los cuidados paliativos. Finalmente, el documento estratifica el riesgo de resultado de salud para establecer prioridades de acceso a diagnóstico y/o tratamiento.