Así es la ropa que te permitirá cargar la batería del móvil mientras andas

-

Hace ya mucho que nuestra dependencia al móvil es más que preocupante. Es una adicción con todas las de ley, que implica comportamiento impulsivo y nos genera ansiedad y angustia si estamos lejos del objeto de deseo. ¿Qué sufrimientos no nos desgarran si, de pronto, el teléfono se nos queda sin batería estando fuera de casa y no tenemos manera de recargarlos? Para muchos de nuestros contemporáneos posiblemente sea esa la peor situación que puede imaginarse. No sabría que hacer con sus manos, cómo entretenerse en los pasos de cebra o a qué dedicar los tiempos muertos. Estos son nuestros ridícilos problemas del Primer Mundo, y con buen ojo comercial nuestros ingenieros y empresas tecnológicas se dedican a buscarles soluciones.

Ya han salido al mercado hace mucho las baterías portátiles, que son un complemento indispensable en la vida cotidiana de muchos. Antes salir de casa cargado de trastos que arriesgarse a quedar desconectado durante unos minutos o unas horas. Eso jamás, y por eso cualquier cachivache que nos garantice cargar nuestro teléfono móvil lejos de casa va a tener éxito seguro. Se han ensayado ya cargadores de móvil insertados en mochilas y pequeños estuches, y ahora un grupo de ingenieros está tratando de ir un paso más allá.

5
El futuro de las baterías de móvil

Qué es y para qué sirve el NFC de tu smartphone

Los investigadores mezclaron la solución de ácido con acetona, un químico muy común en la industria y la pintura. Lo que descubrieron fue que era posible extraer ese ácido y obtener una fina película de nylon piezo eléctrico. “Al evaporarse la acetona, se lleva también el ácido con ella”, se felicita el profesor Asadi, “el siguiente paso es convertir ese nylon en hilos y poder integrarlo en la fabricación de ropa”. 

Estos descubrimientos podrían ser el primer paso hacia el desarrollo de tejidos electrónicos y ropa inteligente. De esa forma podrían hacerse dispositivos electrónicos portátiles e integrados en nuestra ropa. “El objetivo final”, prosigue hablando el profesor, “es integrar elementos electrónicos, como los sensores, que puedan funcionar con la energía que generamos en el movimiento. En los años por venir, podríamos estar utilizando camisetas que, por ejemplo, puedan conectarse con nuestro teléfono móvil mientras caminamos por el bosque, o que monitoricen nuestra salud”. Esa es la pinta que tiene el futuro. 

 

Siguiente