Tortilla de patatas: el truco para rellenarla de lo que más te guste

Plato ibérico, español y tradicional donde los haya. La tortilla de patatas es un recurso para muchas situaciones y momentos diferentes, y nunca cansa. Pese a su sencillez, es un plato contundente, delicioso y fácil de hacer. Nunca falla la tortilla de patata, y sabemos que ante cualquier emergencia es una receta ideal que nos sacará del apuro. La clásica disputa sobre el plato suele reducirse a si la tortilla de patata debe llevar o no cebolla. Hay opiniones para todos los gustos, y generalmente opiniones enconadas y posiciones muy firmes. Nadie quiere ceder en esta cuestión, pero la tortilla de patata da para mucho más.

En la mayoría de bares y restaurantes españoles, y también en casi todas las casas, la tortilla de patatas que nos encontramos es la tradicional. Es decir, huevo, patatas y, si acaso, cebolla. Y nada más, aunque el plato admite infinidad de variedades y de rellenos. Solo hace falta tener un poco de imaginación, atreverse a cambiar la costumbre y dominar estos trucos. 

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Una tortilla gruesa

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Aunque no es lo más común, y no abundan los establecimientos que preparan de esta forma la tortilla de patatas, todo el mundo conoce las tortillas rellenas. Y rellenas de mil y un cosas, pues cada vez hay más variedad en este sentido: vegetales, surimi, atún, salmón, carne…Este tipo de rellenos, muy contundentes, exigen que la tortilla sea de un grosor considerable para que no se deshaga entera. 

Es casi una operación de cirujano lo que hay que hacer para conseguir rellenar esta tortilla. Demos hacer la tortilla en una sartén honda, para que quede bien gruesa. Una vez que esté lista, debemos cortar muy cuidadosamente la tortilla por la mitad para abrirla como si estuviésemos cortando en dos una barra de pan. En cuanto lo tengas, pones los ingredientes que te apetezcan y vuelves a cubrir la tortilla para cerrarla. 

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La clásica tortilla de atún

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Dentro de las tortillas rellenas, tal vez la de atún sea la más usual de todas, y lo cierto es que este ingrediente pega muy bien con el huevo y la patata. Y es muy sencilla de preparar utilizando una serie de ingredientes que siempre solemos tener en la despensa. Basta con tres latas de atún, cuatro patatas, seis huevos, sal, aceite de oliva y mayonesa. Empezamos pelando y picando las patatas, que se ponen luego en la sartén a fuego medio para que se vayan haciendo. 

Entre tanto, podemos batir los huevos y los salamos. Una vez batidos añadimos la patata ya hecha y, si es el caso, la cebolla. Se mezcla y revuelve todo bien y echamos el contenido de nuevo en la sartén. En cuanto esté cuajada, es hora de la operación delicada, que consiste en abrirla por la mitad para untar en el medio el atún y la mayonesa. Ya solo nos queda cerrarla, encajar bien las dos mitades y sentarnos a comer.

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Relleno de sándwich vegetal

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Esta es también un clásico de las barras de los bares y cafeterías. La tortilla de patata con un relleno de sándwich vegetal, con su jamón, su lechuga y la mayonesa. La forma de preparación es tan sencilla, o tan complicada según quién lo mire, como la anterior. Para el relleno de esta tortilla necesitamos unas lonchas de jamón cocido, lechuga, atún, tomate y, si queremos, un poco de mayonesa. 

En esta versión de tortilla de patata rellena hay que tener un poco más de delicadeza y cuidado a la hora introducir el relleno. En este caso, por ejemplo, conviene untar las dos tapas de la tortilla e ir añadiendo los ingredientes del relleno uno a uno. Otra idea puede ser mezclar previamente el atún, la lechuga bien cortada, el tomate y la mayonesa y luego esparcer la mezcla por la superficie de la tortilla.

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Otros rellenos para la tortilla de patatas

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Todos los anteriores rellenos que hemos visto hasta ahora son los que podemos entender como rellenos en frío. No obstante, podemos ir un paso más allá y experimentar con los rellenos en caliente, que consisten en mezclarlos y fundirlos con la patata y el huevo para que quede entreverado en la propia tortilla. Y, para qué ocultarlo, este es un proceso bastante más complejo y delicado, y no vale simplemente con partir la tortilla a la mitad como si fuésemos a hacer un sándwich. De hecho, en estos casos es mejor hacer dos tortillas finas que una gruesa. 

Una de esas tortillas, bien fina, la hacemos entera, y la otra la dejamos a medio hacer. Sobre esta última colocamos el relleno, cerramos la tapa y la volvemos a poner a la sartén durante unos minutos. De este modo, seguirá cuajando durante unos minutos y el relleno se fundirá con la masa de la tortilla. Este procedimiento es ideal si queremos rellenar la tortilla con chistorra, carne, revuelto, quesos o chorizo. 

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Tortilla de jamón y queso

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Para hacer esta tortilla necesitaremos unas cuatro patatas, seis huevos, cebolla si así lo queremos, aceite de oliva, sal, unas lonchas de jamón y unas lonchas de queso para fundir. La tortilla de patatas de la parte de arriba, la tapa superior, ha de ser fina y la hacemos como una tortilla normal y corriente, a manera clásica. De la otra tortilla, la inferior, tenemos que cuajar solamente la base. 

Esto lo conseguimos no dándole la vuelta a la tortilla, sino moviendo la patata y el huevo a fuego lento. En cuanto empiece a adquirir forma, montamos el relleno. Primero unas capas de queso, luego jamón, otra capa de queso y otra de jamón. Finalmente, se coloca encima la otra tortilla ya cuajada y se deja a fuego medio durante unos tres minutos o hasta que funda el queso. 

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