Salvamento Marítimo en Las Palmas: Ha habido momentos «muy estresantes»

El jefe del Centro de Salvamento Marítimo en Las Palmas, Roberto Basterreche, que lleva 25 años en este centro, ha asegurado que ha habido momentos «muy estresantes» con el aluvión de llegadas de pateras en lo que va de año 2020.

Basterreche, que ha visto las tres crisis migratorias que ha sufrido Canarias hasta el momento y que se datan en los años 2002, 2006 y 2020, ha expuesto que en las dos últimas las diferencias se centran en la procedencia de los migrantes que llegan al archipiélago, así como en el tipo de embarcación en el que lo hacen y dónde desembarcan.

En concreto, apuntó en una entrevista a Europa Press, que en la crisis del año 2006 el origen de los inmigrantes que llegaban a Canarias eran principalmente de la zona de Mauritania, por lo que eran subsaharianos y lo hacían en embarcaciones más grandes –cayucos–, con más personas a bordo y la mayoría arribaban a Tenerife, si bien alguna también alcanzó las costas de Gran Canaria.

«Por eso desde aquí lo vivimos con un poco menos de intensidad porque la llegada mayoritaria era a Tenerife», agregó.

Sin embargo, en la crisis migratoria actual y sobre todo en los últimos meses, el origen de quienes llegan al archipiélago lo hacen mayoritariamente de la zona de Dakhla, aunque matizó que también están llegando cayucos de la zona de Mauritania y Senegal.

Asimismo, apuntó que al tener el origen en Dakhla, la mayoría de los que llegan son magrebíes, provocando esta ruta que arriben principalmente a la isla de Gran Canaria. Además llegan más embarcaciones pero con «menos personas en cada una, los magrebíes vienen de treinta, los subsaharianos más».

«TODOS LOS RESCATES TIENEN UN MOMENTO CRÍTICO»

La llegada de estas embarcaciones a las islas se producen en ocasiones por sus propios medios y en otras son rescatadas por Salvamento Marítimo con los riesgos que ello conlleva. En este sentido, Basterreche ha admitido que «todos los rescates tienen un momento crítico», en concreto, es el trasbordo de las personas de la patera a la embarcación de Salvamento.

De todos modos, reconoció que se producen «muchos momentos críticos cuando el estado de la mar es malo, hay olas, viento», ahí afirmó que la maniobra «se complica muchísimo» pero «afortunadamente no» ha habido percances.

Sin embargo, afirmó que «todo se complica con la pandemia» del coronavirus, por lo que para ello explicó que se ha reforzado a las tripulaciones, de tal forma que «una vez que salen para el rescate ya se ponen los EPIs e intentan tener el menor contacto con las personas», aunque reconoce que tiene que haber contacto para poder rescatar a los inmigrantes pero «se intenta tener el menor contacto y se desinfecta toda la zona por donde se ha transitado».

Previamente a abordar esos momentos más críticos del rescate, Salvamento ha tenido que recibir la alerta sobre la existencia de una patera o cayuco en alta mar para poder salir en su búsqueda. Esta alerta, matizó, en el caso de las embarcaciones de los subsaharianos normalmente la dan los familiares a una ONG indicando que salió «una con tantas personas desde una zona».

En esos casos, explicó, se organiza una búsqueda con un avión que intenta localizar la patera, si el avión la localiza, se moviliza una embarcación de superficie de Salvamento que es la que hará el rescate para llevar a los inmigrantes a puerto; si bien en el caso de los magrebíes, matizó, que «no notifican este tipo de salida», sino que suelen ser los radares de la Guardia Civil los que localizan las «trazas sobre una embarcación precaria, da las posiciones y una unidad de superficie una vez que la localiza, realiza el rescate para llevarla a puerto».

También hay otros avisos que se realizan a través de embarcaciones mercante que si observan una patera o cayuco dan el aviso.

«EL ALUVIÓN DE LLEGADAS NO ES HABITUAL»

En cuanto a los medios con los que han contado para abordar esta situación, expuso que los refuerzos tanto de embarcaciones como de tripulaciones llegaron a partir de septiembre y fueron aumentando a medida que fue incrementando la llegada de pateras.

De todos modos, expuso que actúan con los medios de los que disponen, aún así «el aluvión de llegadas no es habitual», por lo que entiende que «ese dispositivo cuando no hay llegada de tantas embarcaciones para ser atendidas, pues sería a lo mejor sobredimensionado».

Por último, Basterreche puso en valor que el trabajo de Salvamento Marítimo es de servicio público y se centra en «el salvamento de la vida humana en la mar» no solo de inmigrantes, sino también de veleros, hacen evacuaciones médicas, se lucha contra la contaminación o hace seguimiento de búsqueda.

Si bien, apuntó, «ahora es más visible el tema migratorio» pero matizó que se actúa «no desde el punto de vista migratorio», sino desde «el punto de vista que son embarcaciones muy precarias, que vienen sobrecargadas, con un riesgo en el mar y desde ese punto de vista se atiende a las embarcaciones con inmigrantes».

«Siempre que conseguimos que una persona que haya estado en peligro en el mar, llegue sano y salvo a tierra, eso nos reconforta, es una alegría para nosotros», apuntilló.

En el caso migratorio, la elección de un puerto u otro para desembarcar a los inmigrantes matizó que, según establece el convenio SAR, se debe llevar a los rescatados al puerto «cercano, más seguro y siempre que sea el más conveniente para la embarcación que se ha rescatado».

Así, en los rescates de pateras «todos» han sido al sur de Gran Canaria, por lo que según la base de la Salvamar y el «más adecuado» se ha considerado «siempre el de Arguineguín», a lo que añadió que ante la situación migratoria también hay involucradas otras organizaciones, se han montado carpas, por lo que «se juega con otros organismos y se intentan conjugar todos los intereses».