No te desanimes si llevas unas semanas haciendo dieta y no obtienes los resultados esperados. La alimentación es una parte muy importante a la hora de perder peso, pero no es la única. El ejercicio físico y el descanso completan los pilares fundamentales de una dieta. No respetar uno de estos aspectos puede pasarte factura a la hora de subirte a la báscula.
Así que puede ser que estés controlando la comida y haciendo algo de ejercicio y no consigas perder peso. Por este motivo, te vamos a mostrar los hábitos nocturnos que te hacen engordar mientras duermes y echan por tierra todo lo que has avanzado durante el día.
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DORMIR POCO
Está demostrado que dormir menos horas de las que nos corresponden (entre 7 y 8 horas) hace que sea mucho más difícil perder peso. Para conseguir adelgazar mientras duermes, es necesario completar el ciclo del sueño. Además, la falta de sueño hace que aumente el apetito y puedas caer en la tentación de ir a la nevera a pegarte un atracón de madrugada.
El no dormir también ralentizará tu metabolismo haciendo que tengas más hambre. A la mañana siguiente estarás más cansado y te costará mucho más seguir la dieta a rajatabla. Todo esto provoca que aumente el cortisol, una hormona encargada de acumular grasa.
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CENAR TARDE Y DEMASIADA CANTIDAD
Existe un dicho que explica muy bien por qué hay que cenar poco: desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un méndigo. La última comida del día debe ser ligera, ya que si cenas mucho, la digestión puede hacerse muy pesada haciendo que te cueste dormir. La cena debe ser la comida más ligera del día, en la que debes evitar tomar demasiadas grasas. Lo ideal es que cenes alimentos ricos en proteínas y vitaminas.
Es recomendable que cenes más de dos horas antes de meterte en la cama. Intenta cenar más pronto si eres de los que le gusta hacerlo justo antes de irse a dormir, ya que, de este modo, ingieres muchas calorías que no van a poder quemarse favoreciendo a que cojas peso mientras duermes y echando al traste la dieta.
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CENAR SALADO O PICANTE
La sal, las especias y los alimentos picantes dificultan la digestión, y por tanto, te va a resultar más difícil conciliar el sueño. El picante es bueno para acelerar el metabolismo, pero a otras horas del día, ya que tomarlo en la cena va a provocar que te desveles durante la noche.
Como hemos visto anteriormente, el descanso tiene que ser una parte más de la dieta. Por lo que si no duermes lo suficiente, ya sea porque tienes insomnio o por lo que hayas cenado, no vas a conseguir perder peso.
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CENAR CARBOHIDRATOS
Hay mucha gente que para evitar cenar mucho, decide prepararse un tazón de cereales pensando que es una solución sana para perder peso y que está siguiendo la dieta. La realidad es todo lo contrario, ya que estos cereales proporcionan mucha energía, por lo que son ideales para el desayuno pero no para la cena porque no vamos a consumir toda esa energía antes de irnos a la cama.
Además, la mayoría de cereales tienen una gran cantidad de azúcar, que tampoco van a ser quemados antes de dormir y hacen que se acumule grasa en el cuerpo. Tampoco es recomendable cenar otros alimentos con gran cantidad de carbohidratos como pasta, arroz, pizza o pan.
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PICAR DESPUÉS DE LA CENA
Un error común en la dieta de mucha gente es picar mientras ve alguna película o serie después de cenar. Si no puedes quitarte ese hábito, intenta cambiar los dulces o aperitivos que tomes por una pieza de fruta, un yogur o una porción de queso.
Los aperitivos o dulces que se toman mientras vemos una película tienen una cantidad calórica muy alta, además de contener un gran número de azúcares y sales añadidos.Encima, esos snacks hacen que acumules grasa al no poder quemar lo que ingieres porque te vas a ir a la cama después de tomarlo. Por lo que, si evitas picar o lo sustituyes por algo más sano enseguida notarás resultados al no tomar tanta cantidad justo antes de dormir.
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NO CENAR
No cenar puede provocar el efecto contrario al esperado, ya que al no ingerir alimentos el cuerpo entra en modo reserva y dificulta la pérdida de peso porque tiene que aprovechar los pocos recursos energéticos que le quedan. El organismo disminuye el gasto calórico y acumula grasa por si en el futuro la necesita para tirar de ella.
El metabolismo se retrasa, ya que no ha ingerido nada con lo que trabajar. Además, en la siguiente comida puedes ingerir más alimentos de la cuenta para compensar la falta de ellos e incluso puede llegar a provocarte ansiedad. Como ves, todo son pegas por lo que no tienes que quedarte sin cenar aunque creas que eso beneficia a tu dieta.
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