Consejos para afrontar el cambio de hora y no morir en el intento

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Esta madrugada que va del sábado al domingo tendrá lugar el cambio de hora. Entramos de lleno en el horario de invierno. Esto constituye toda una frontera psicológica, porque los días cambian radicalmente. Amanece antes, sí, pero también se hace de noche muy temprano y disminuyen las horas de luz. No nos queda otro remedio que adaptarnos, más que bien, a este nuevo ritmo que cogen los días con el cambio de hora.

Dos veces al año tenemos que tragar con esta broma de mal gusto que trastoca del todo nuestro tiempo, nuestro sueño y que nos descoloca psicológicamente. Generalmente, los efectos que nos deja este cambio de hora no suelen ir más allá del mismo día en que este tiene lugar. Poco a poco, y mal que bien, nos adaptamos al nuevo horario como nos adaptamos a esa “nueva normalidad”. De todos modos, aquí van unos consejos por si resulta que eres de esos que sufren de verdad el cambio de hora.

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Un poco de ejercicio físico

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No hace falta repetir una vez más lo sanísimo y muy conveniente que es el ejercicio físico para el organismo. Y, ya lo habrás oído, no solo es adecuado para nuestro cuerpo, nuestros músculos y sistema cardiorrespiratorio.

El ejercicio físico, en su justa medida y sin excesos, es también una vía para  mejorar nuestro estado de ánimo y salud mental. El domingo por la mañana puedes dedicarle un rato, una hora aproximadamente, a hacer ejercicio. De este modo te sentirás mejor y más relajado y afrontarás de buen humor el nuevo horario.