La cantera del FC Barcelona, cuya estructura central es conocida como La Masía, es una de las más prolífcas del mundo. De ella han salido algunos de los mejores jugadores de los últimos tiempos e incluso varios de los mejores de la historia. La calidad técnica, táctica y también en términos de educación de los futbolistas es muy alta, un hecho que es innegable; más al ver que sus jugadores alimentan tanto la primera plantilla blaugrana como a varios equipos en las mejores ligas del planeta. Sin embargo, hay algunos que se han perdido a lo largo de los años y poco a poco luchan por resurgir; uno de los mayores ejemplo es el de Bojan Krkic.
El español despuntó desde su etapa como juvenil y logró asentarte durante un tiempo en el primer equipo del Barça, en el que fue una pieza importante. No obstante, como ha sucedido con otros canteranos azulgranas, las ganas de demostrar su talento con más regularidad y también de demostrar que podría destacar fuera de un ambiente de confort lo hicieron aceptar el reto de salir; pero a partir de entonces ha tenido algunos tropiezos que han mejorado mucho su carácter hasta llegar a una estabilidad en un lugar algo inesperado para su edad. Bojan Krkic es un gran caso para analizar desde sus inicios con los blaugranas, porque realmente fueron impresionantes.
4Montreal es el nuevo hogar de Bojan Krkic
Ese baile de equipos que protagonizó Bojan Krkic definitivamente no lo ayudó a mejorar en su juego y por ende, a tener una estabilidad necesaria para destacar. Su etapa final en Europa fue muy decepcionante, por lo que el español decidió darle un reinicio a su carrera y eligió la MLS para hacerlo y en el 2019 fichó con el Montreal Impact. Con el conjunto canadiense ha encontrado ese lugar donde destacar sin la presión de ser una gran estrella por su paso por el Barcelona.
Sin nada que perder, Bojan Krkic se ha convertido en un puntal en el ataque del Montreal Impact y en estas dos campañas allí ya tiene seis goles en 22 partidos. La MLS se ha convertido en el nuevo hogar del español que apuntaba cosas fantásticas cuando comenzó a despuntar en las categorías inferiores del Barcelona; sin embargo, su llama se fue apagando poco a poco y aunque ahora sigue brillando, lo hace con una intensidad menor en una liga en la que nadie imaginó verlo a estas alturas de su carrera.
