Todo lo que debes saber en el momento de seleccionar el mejor tratamiento de ortodoncia

seleccionar el mejor tratamiento de ortodoncia

Desde hace varias décadas, los tratamientos de ortodoncia han sido muy demandados por su eficacia para corregir anomalías en los dientes, que pueden ir desde maloclusión hasta problemas de mandíbula. Con el paso del tiempo, los materiales y técnicas han ido evolucionando, y hoy día se cuenta con brackets de cerámica y de zafiro.

 

Tener los dientes alineados y blancos forma parte importante de la buena imagen que todos procuramos tener. Más que vanidad, es un asunto de salud física y también mental, ya que tiene relación con la autoestima y la aceptación social. Tener una sonrisa agradable es, sin duda, una marca que dice mucho de las personas y les beneficia para tener una mejor relación con el entorno.

Una especialidad de la odontología que se dedica a estudiar, prevenir y corregir las anomalías en la dentadura es la ortodoncia, la cual tiene como objetivo lograr un equilibrio morfológico de la boca y la cara, logrando mejorar la estética facial.

Son muy demandados los tratamientos correctivos de ortodoncia, ya que es muy común entre las personas tener una maloclusión consolidada que se deba corregir. Oclusión es la relación de contacto que existe entre los dientes de las arcadas, es decir, las piezas dentales superiores e inferiores.

Información que siempre es vital

Antes de entrar en materia sobre cuáles son las opciones en cuanto a tratamientos de ortodoncia, es importante repasar algunos datos básicos que debemos saber sobre los dientes. Recordemos que en nuestra boca contamos con 32 piezas dentales, que tienen diversos nombres y funciones.

En lo que respecta a las etapas del desarrollo dental, está la primaria que es la relacionada con la dentadura temporal, es decir, los primeros dientes en brotar. La mixta que se da en la edad infantil y es en la que están los dientes temporales y los permanentes. La tercera etapa es la de los dientes permanentes, los definitivos.

En cuanto a la anatomía del diente debemos mencionar que sus partes son corona, encía, raíz, esmalte, dentina y pulpa. Las estructuras que dan soporte a las piezas dentales son los tejidos periodontales entre los que están las encías, ligamento periodontal, cemento dentario y hueso alveolar.

Los dientes, dependiendo de su ubicación y forma, tienen distintos nombres. Cada grupo tiene una función en particular. Los incisivos son ocho, están en la parte delantera y permiten cortar alimentos. Los cuatro caninos se reconocen por su corona puntiaguda, también se conocen como colmillos y se usan para desgarrar los alimentos más duros. Los premolares, cuatro superiores y cuatro inferiores, son los que nos ayudan a triturar y masticar la comida.

Por último, están los molares, que son 12, también conocidos como muelas, éstos se ubican en la parte posterior de la boca, seis arriba y seis abajo. Se les llama molar porque tienen como función moler los alimentos.

Tipos de ortodoncia

Los tratamientos de ortodoncia con aparatos, desde hace varias décadas, se han venido utilizando por su gran efectividad. Con el paso del tiempo, las técnicas y los materiales han venido evolucionando con el fin de que los resultados sean más eficaces sin intervenir exageradamente en la estética durante el tiempo del tratamiento.

Hoy se cuenta con variedad de brackets que se ajustan a diversas necesidades funcionales y terapéuticas. Están los metálicos que son los que tradicionalmente se han usado y son los de más bajo coste, así como los transparentes que son de varios tipos dependiendo del material y pueden ser de cerámica, zafiro y policarbonato.

Los brackets autoligables son otro tipo, éstos se diferencian de los convencionales en cuanto a que no necesitan gomas elásticas para unir los brackets al arco dental. Por último, están los linguales, los cuales se pueden colocar en la parte interior o posterior de las piezas dentales.

Requieren especial mención los brackets de cerámica y zafiro por ser unos de los más modernos que hoy en día se tienen a disposición, de hecho, son los más utilizados por los jóvenes.  

Los brackets zafiro son similares a los metálicos, con la diferencia de que estos últimos pueden camuflarse, ya que son del mismo color que los dientes. Algunos son elaborados incluso de cristal de zafiro y otros de zafiro sintético, que tiene la misma composición química que el original.

Al ser transparentes en su totalidad adquieren el color natural de la pieza dental, de hecho, son los más recomendados para quienes no poseen los dientes muy blancos. Son resistentes, conservan su color y tienen una buena adhesión, ya que poseen una malla de polvo de zirconio. No son incómodos, no generan roces molestos en las mejillas y encías, y son de pequeño tamaño.

En lo que respecta a los brackets de cerámica, éstos comenzaron a usarse, convirtiéndose en populares, ya que este material tiene un color similar al del esmalte de los dientes. Sin embargo, tienen ciertas desventajas como tener una resistencia menor, no tienen buena adhesión, y se pigmentan fácilmente. No son recomendados para quienes consuman mucho café, vino tinto o fumen.

Un punto a favor de los brackets de cerámica es que no generan incomodidad en las encías, mejillas o parte interna del labio, ya que son de tamaño pequeño.

Los brackets de cerámica y de zafiro se utilizan para corregir los mismos defectos que tenga la sonrisa o mordida, entre los que podemos mencionar, dientes apiñados, sobremordida, separaciones entre los dientes, así como mordidas abiertas y cruzadas.

Una alternativa de ortodoncia que se ha venido utilizando y que tiene las mayores ventajas estéticas, aunque con un alto coste, es la ortodoncia invisible, también conocida como Invisalign. En este tratamiento no se utilizan brackets sino férulas removibles, lo que hace que sean, como su nombre indica, prácticamente invisibles.

Para elegir uno u otro tipo de tratamiento de ortodoncia, lo más recomendable es asesorarse con el especialista, quien es el apoyo ideal para tomar la mejor decisión teniendo en cuenta el tipo de defecto que se va a corregir y las exigencias que tenga el paciente.