Ramón Espinar reclama un Vistalegre III y recuperar a los «compañeros» que dejaron Podemos

El exportavoz de Podemos en el Senado y exsecretario general del partido en la Comunidad de Madrid Ramón Espinar reclamó este lunes una nueva asamblea ciudadana, el equivalente a los congresos en esta formación, para «recuperar el rumbo y a los compañeros que hemos perdido por el camino».

En un duro artículo publicado en ‘eldiario.es’ y recogido por Servimedia, Espinar cuestiona casi todos los análisis y decisiones estratégicas que ha protagonizado la actual dirección de Podemos, y da por «cerrado» el ciclo del 15-M al que el partido representó con la «victoria sin matices del PSOE» en las elecciones de abril y mayo; una victoria que «aplaza al menos el ciclo de grandes transformaciones del Estado y desplaza la crisis de régimen hacia una crisis de los actores en liza, especialmente hacia Podemos».

Según su exdirigente, muy cercano a Iglesias hasta que dimitió a comienzos de año de todos sus cargos por pretender una lista conjunta conla de Íñigo Errejón a las elecciones autonómicas de Madrid, «a Podemos le toca (…) evaluar cuánto de estabilidad y legitimidad ha entregado al sistema político, poniéndolo enfrente de cuánto de democratización y justicia social ha sido capaz de devolver a la ciudadanía», a modo de «balance de fin de ciclo».

Espinar considera que el resultado electoral ha sido «pésimo» y «la tendencia es de caída libre» y a «ocupar un papel testimonial»; en este sentido, rechaza celebrar que el bloque progresista sume, porque en 2015 Podemos estaba «en disposición para superar al partido que había protagonizado la impugnación social y cultural de las plazas en 2011». En este sentido, abundó que «un bloque de cambio» no es «un bloque progresista».

Desde su punto de vista, «no está claro qué consigue Podemos alentando un imaginario que convierte a los independentistas en parte del bloque progresista y al espacio del cambio en un actor subordinado al PSOE», por lo que le parece «una catástrofe estratégica» y «un negocio ruinoso», con los que «Podemos pasaría de representar una irrupción popular y desde abajo en la política institucional a consolidarse como una élite política a la izquierda» y «asumiría que comparte rumbo y destino con las formaciones políticas independentistas».

Además, indica, así Podemos «se posiciona como actor subalterno al PSOE y renuncia a poner un proyecto propio encima de la mesa», sustituyéndolo por «una obsesión por el gobierno de coalición que ha vuelto a situar el debate en quién y no en qué». Es decir, «en lugar de configurar un programa de exigencias a favor de la ciudadanía y explicarle a Sánchez que solo va a gobernar si las incluye en su programa, se proponen negociaciones discretas para un gobierno de coalición sin una sola medida encima de la mesa».

A nivel interno, denuncia que, frente a la pluralidad de portavoces del comienzo de Podemos, ahora «ha perdido capacidad de integrar la diferencia en su estructura y, como resultado -entre otras razones-, ha perdido apoyos». Por ejemplo, atribuye la pérdida de los ayuntamientos del cambio a «una ruptura de Podemos con alguna confluencia y tras perder el apoyo del partido que lidera el espacio político del cambio».

Espinar, además, detecta «la sensación en los últimos tiempos de que las explicaciones de la realidad que Podemos ofrece son una concatenación de excusas»; por ejemplo, atribuir el mejor resultado en las generales a lo bien que hizo Iglesias los debates, y no a que el partido se benefició, menos que el PSOE pero también, del miedo a Vox. «Siempre hay un acierto que explica lo que ha pasado y, entre acierto y acierto, un millón de votos que se pierden», resume en frase lapidaria.

Como conclusión, Espinar considera que «ya no es tiempo de aprender de los errores, sino de aprender del fracaso», y que, con los cambios que ha experimentado la sociedad española, «no hemos fracasado como país, sino como herramienta política de representación de un país nuevo».

El exdirigente de la formación interpreta que «no hay nadie hoy en Podemos que no piense que lo razonable sería encontrarnos en una Asamblea Ciudadana», porque «recuperar el rumbo y a los compañeros que hemos perdido por el camino es una premisa para reconstruir un proyecto de país».

Con este artículo, Espinar es el segundo exdirigente de Podemos, tras quien fuera su portavoz adjunto en el Senado Óscar Guardingo, que arremete contra la dirección de Iglesias e Irene Montero y pide una Asamblea Ciudadana.