La compañía de Mountain View, Google, ha confirmado oficialmente sus planes para lanzar sus primeras gafas inteligentes con IA en 2026. Este movimiento posiciona a otro gigante tecnológico en una carrera por crear el dispositivo que termine con nuestra necesidad de mirar constantemente el móvil. Pero Google no lo hará solo. Su estrategia se basa en potentes alianzas y en dos enfoques distintos: integrar la IA en la vida diaria de la forma más discreta y útil posible.
Hace más de una década el Project Glass de Google prometía revolucionar nuestra interacción con el mundo, pero finalmente fue aparcado. Ahora, la compañía regresa con una estrategia renovada y más pragmática. La clave esta vez no es fabricar todo por su cuenta, sino colaborar con expertos en óptica y diseño. Como se anunció durante la conferencia The Android Show - XR Edition, Google ha unido fuerzas con el fabricante estadounidense Warby Parker, una colaboración que comenzó a principios de 2025.
Este no es el único partner. Google también está trabajando con Samsung y la firma de moda Gentle Monster para desarrollar una línea de gafas inteligentes más completa. La idea es combinar la mejor tecnología de Google con el know-how en diseño, comodidad y ajuste que tienen estas marcas especializadas. La empresa tecnológica pondrá toda su plataforma Android XR y su modelo de IA Gemini al servicio de esta colaboración. El producto final, según Reuters, serán unas gafas “ligeras y equipadas con IA” para el uso diario.
Dos caminos hacia la misma meta: pantalla o solo voz

Uno de los aspectos más interesantes del proyecto es que Google no está desarrollando un único tipo de dispositivo. En su blog oficial, la compañía ha explicado que trabaja en dos tipos de gafas inteligentes, cada una pensada para una experiencia de usuario distinta. El primer modelo será el más avanzado e incorporará una pantalla en la lente. Esta pantalla solo podrá ser vista por la persona que lleva las gafas, mostrando indicaciones de navegación, subtítulos en tiempo real en otro idioma, o cualquier otra información contextual útil mientras el usuario camina o realiza una actividad.
El segundo modelo prescindirá por completo de la pantalla. Su funcionamiento se basará únicamente en el sonido y la voz. Equipadas con micrófonos y altavoces estéreo, estas gafas permitirán al usuario interacturar de manera conversacional con Gemini, la inteligencia artificial de Google. Podrás hacer preguntas, recibir recordatorios o gestionar tareas hablando con unas gafas que parecerán completamente normales.
Android XR y Gemini: el cerebro detrás de las lentes

La potencia tecnológica de estas gafas no estará en un hardware llamativo, sino en el software que las hará inteligentes. Google ha confirmado que sus primeras gafas con IA utilizarán Android XR. Se trata de una versión especial del sistema operativo Android, diseñada específicamente para dispositivos de realidad extendida (XR), que abarca realidad aumentada y virtual. Esta misma plataforma ya está presente en dispositivos como el Galaxy XR de Samsung.
Sobre esta base operará Gemini, el modelo de inteligencia artificial generativa de Google. Gemini será el asistente encargado de procesar las peticiones por voz, generar respuestas útiles y contextuales, y potenciar todas las funciones inteligentes de las gafas. La integración de una IA tan avanzada en un dispositivo de uso cotidiano y manos libres es lo que podría marcar la diferencia. En lugar de sacar el teléfono para buscar una dirección o traducir un menú, bastará con una instrucción verbal o una mirada a través de las lentes.
Un mercado en ebullición donde la comodidad es el rey

El lanzamiento de Google en 2026 llega en un momento de intensa competencia. Meta, a través de su alianza con Ray-Ban, ya ha establecido una presencia sólida en el mercado de gafas inteligentes con IA. Por su parte, Apple ha entrado en el terreno de la realidad espacial con su Vision Pro y es previsible que refine su tecnología hacia dispositivos más ligeros.
La razón de este interés masivo, como apunta la información, es el enorme potencial de crear dispositivos que podamos llevar puestos a diario y que nos den información sin necesidad de interactuar con el móvil. Google parece haber aprendido de los errores del pasado. El objetivo declarado ya no es impresionar con tecnología futurista, sino crear unas gafas cómodas, ligeras y ajustadas al estilo personal de cada usuario.







