En ‘La Promesa’, los objetos también parecen hablar. Y el retrato de Cruz ha conseguido desestabilizar a todos los que habitan el palacio, desde los señores hasta el último miembro del servicio. El capítulo 648 de ‘La Promesa’ marca un momento clave en la historia.
La simple presencia del retrato ha generado una incomodidad creciente. Un retrato colgado en la pared que no solo muestra a la marquesa, sino que revive heridas, tensiones y viejos recuerdos. Hasta que alguien decide acabar con él. La destrucción del cuadro de Cruz no es un hecho menor. Representa una liberación para muchos, pero también deja preguntas abiertas.
4El detonante final y la desaparición del cuadro

El punto de final del capítulo de hoy de ‘La Promesa’ llegará cuando alguien decide destruir el cuadro. No habrá testigos. Nadie verá lo que ocurre. Pero la obra que tantos rechazaban aparecerá destruida, en secreto, sin pistas evidentes. Solo quedará la pregunta: ¿quién lo hizo?
Catalina tenía motivos y lo dijo en voz alta. María Fernández también. Petra, aunque callada, ha cambiado desde que el cuadro fue colgado. Alonso no ha vuelto a ser el mismo. Y Manuel, con su inestabilidad emocional, también podría haber tenido un momento de histeria. Todos tenían razones. Todos estaban al límite. Y todos, en algún punto, habrían preferido no tener ese retrato frente a ellos un día más.
En paralelo, otros conflictos seguirán abiertos. Pía se verá atrapada entre las decisiones de Cristóbal, que impone nuevos métodos de limpieza con lavanda, y su lealtad hacia Petra. La tensión aumentará cuando olvide entregarle una carta importante al mayordomo, lo que provoca una reacción desmedida por parte de este. ¿Qué decía esa carta? RTVE no adelanta nada todavía.