A menudo, los alimentos más comunes son también los más malentendidos. Muchos han sido injustamente excluidos de las dietas saludables debido a mitos que, con el tiempo, terminan generando confusión. Pero ahora, una nueva investigación ha puesto el foco en un alimento tan cotidiano como injustamente señalado: la patata.
Lejos de lo que muchos creen, este tubérculo —cuando se consume adecuadamente— puede ser un gran aliado para controlar los niveles de azúcar en sangre, reducir la circunferencia abdominal y mejorar la salud cardiovascular, incluso en personas con diabetes tipo 2. En este artículo te explicaremos por qué este alimento es recomendado por los nutricionistas.
3La importancia de la preparación: horno sí, fritura no

Uno de los errores más comunes al consumir patatas es recurrir a las versiones fritas o ultraprocesadas. En estos formatos, el alimento pierde muchas de sus propiedades naturales y gana grasas trans, sodio y calorías adicionales que sí pueden perjudicar la salud.
El estudio encabezado por Akhavan pone el foco precisamente en este punto: la preparación. Al hornear la patata, se conservan mejor sus nutrientes, se evita la absorción de grasas innecesarias y se aprovechan los beneficios del almidón resistente. Además, al consumirla con su piel, se obtiene un plus nutricional que muchas personas desperdician.
Desde luego, también importa con qué se acompaña este alimento. En lugar de combinarlo con cremas pesadas o salsas procesadas, los expertos recomiendan integrarlo con hierbas frescas, especias naturales, vegetales de hoja verde o proteínas magras. Así, se logra un plato completo, sabroso y equilibrado.
Este redescubrimiento nutricional invita a reflexionar sobre la forma en que abordamos los alimentos en nuestra dieta. A veces, no se trata de eliminar un ingrediente, sino de replantear cómo lo consumimos y qué lugar ocupa dentro de nuestras elecciones diarias.