Netflix ha decidido elevar las apuestas con la versión española de ‘Jugando con fuego’ y, lejos de copiar el formato internacional, ha logrado adaptar el concepto a la medida del público nacional. El resultado de Netflix con la versión española es un reality provocador, directo, y con mucha más personalidad que otros formatos del mismo género.
Se ha estrenado hoy y desde el primer minuto, el programa deja claro que aquí se viene a tentar, jugar con los límites y, si se puede, a ganar 100.000 euros sin tener sexo. Parece fácil, pero decirlo no es igual que cumplirlo y aquí todos serán puestos a prueba.
1‘Jugando con fuego’: Una apuesta directa al deseo y al caos

La premisa de ‘Jugando con fuego España’ no tiene complicaciones para su entendimiento, se basa en un grupo de solteros y solteras físicamente atractivos que llegan a un lugar que creen que será un paraíso de fiesta y desenfreno. Sin embargo, al llegar descubren que están en un retiro donde cualquier tipo de contacto sexual —incluidos los besos, las caricias y la masturbación— está penalizado económicamente.
Cada acción de los participantes resta dinero del premio final que podrían mantener intacto y ganar si se comportan y no se saltan las normas del reality. La encargada de supervisar lo que ocurre en ‘Jugando con fuego’ es Lana, un asistente virtual con voz robótica que dará las órdenes y sancionará las infracciones.
El programa inicia con Alba Carrillo como falsa presentadora para despistar a los solteros y solteras, una jugada que funciona como broma interna del formato, pero que no tiene mayor incidencia. Una vez desaparece, Lana tomará el control del reality y el verdadero experimento comienza.