La industria del automóvil en España se encuentra en un momento crítico, con la electrificación como motor de cambio y una profunda necesidad de apoyo gubernamental. En este contexto, la reciente dimisión de Wayne Griffiths, presidente ejecutivo de Seat/Cupra y hasta hace poco presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), ha causado un fuerte impacto, señalando la falta de compromiso del Gobierno con la transformación del sector.
Griffiths, quien asumió la presidencia de Anfac en enero de 2022, ha argumentado que su decisión se basa en la «inacción del Gobierno en favor de la electrificación», alegando que las promesas de apoyo y las medidas concretas para impulsar la infraestructura de recarga y los incentivos fiscales para la compra de vehículos eléctricos no se han materializado.
La electrificación: Un desafío sin el apoyo necesario
El futuro del sector del automóvil en España depende en gran medida de la transición hacia la movilidad eléctrica. La industria ha invertido fuertemente en la electrificación de sus líneas de producción y en la apertura de nuevas fábricas de baterías, pero el mercado interno no responde con la misma velocidad.
La cuota de turismos electrificados en España se ha estancado en un 10% hasta mayo de este año, muy lejos del objetivo del 25% que se había establecido. Griffiths ha advertido que la falta de progreso en este ámbito puede poner en riesgo las inversiones industriales en España, ya que las empresas podrían optar por destinar sus recursos a otros mercados con mayor apoyo gubernamental.
Un llamado a la acción urgente
Griffiths ha criticado la falta de colaboración público-privada para convertir a España en un «hub de la movilidad eléctrica en Europa». A pesar de ser el segundo fabricante de coches en Europa y el octavo en el mundo, el compromiso de los representantes políticos no estaría a la altura del potencial del sector.
La dimisión de Griffiths es un llamado a la acción para el Gobierno español. Es necesario un compromiso real con la transformación del sector, que incluya una inversión significativa en infraestructura de recarga, incentivos fiscales para la compra de vehículos eléctricos y una estrategia clara para el desarrollo de la movilidad eléctrica en el país. La industria del automóvil en España necesita un apoyo sólido para poder competir en un mercado global en constante evolución.