Muchos coinciden en que Sevilla es un lugar muy bonito en España, el cual además se compone por casi 700.000 personas según los registros de 2023. Su casco antiguo es el sexto más grande de toda Europa, solo superados por los de Roma, Nápoles, Venecia, Florencia y Génova, todas estas ciudades de Italia. Justamente el anfiteatro más grande del Viejo Continente se encuentra en esta ciudad y genera orgullo en el país.
El mismo se encuentra exactamente en Santiponce, a unos 7 kilómetros de Sevilla. El anfiteatro de Itálica, tal y como fue bautizado, cuenta con una capacidad para 25.000 espectadores y tiene una historia por detrás muy rica. Tiene una dimensión exacta de 160×137 metros y, además, cuenta con tres niveles de gradas. La superficie total es de 20.000 metros cuadrados.
La construcción del anfiteatro de Sevilla
Según los registros históricos, la construcción del mismo se dio entre los años 117 y 138, en medio del gobierno del emperador Adriano. Allí se daban las famosas peleas entre los gladiadores, las cuales terminaban cuando uno de los dos moría en manos de su oponente. Ahora las cosas son bien distintas, en donde el turismo se suele centrar en él cuando recorren la ciudad.
Pero este anfiteatro no es la única maravilla edilicia del lugar, ya que la acompañan las murallas, el teatro, el templo de Trajano, las termas y un grupo de casas de la época; las cuales están adornadas con estatuas y mármol. Al lado del Teatro Romano aparece el Museo Municipal Fernando Marmolejo, en donde se guardan obras del orfebre de Sevilla.
El anfiteatro de Itálica, una gran atracción turística
Lógicamente y como sucede con otros cascos históricos, este lugar es visitado de manera numerosa año tras año. Hay visitas guiadas que constan de una persona que lidera un grupo y explica, a grandes rasgos, las cosas que se hacían en él, los emperadores que pasaron por el recinto con el correr del tiempo, el mantenimiento y cuidado que recibe a diario y porqué es tan importante para España.
En este lugar además se han desarrollado conciertos, pero con sumo cuidado ya que la idea es no maltratar un lugar con tanta historia como el Anfiteatro de Itálica, claro está. Bandas sonoras y ópera fue de lo más regular, pero el principal financiamiento más allá del turismo proviene por parte del estado español, con el fin de preservarlo en las mejores maneras que se disponen.
