África y las crisis futuras del hambre que vienen

La inseguridad alimentaria está poniendo en riesgo la vida de cientos de millones de personas en toda África. Además, está gestando en zonas como el Sahel una gran ola migratoria que está empeorando e iniciando una serie de conflictos armados que podían tener repercusión en el sur de Europa. Y para parar eso, según todos los expertos y entidades que trabajan en el terreno, hay que mejorar urgentemente el acceso, la disponibilidad y la asequibilidad de los alimentos en el continente.

Pero para poder realizar los anterior la comunidad internacional y los gobiernos de los países africanos deben abordan los importantes factores que impulsan la pérdida de ambientes y entornos naturales y el cambio climático.

CIFRAS ATERRADORAS

La situación empieza a ser dramática y para algunas entidades como Unicef o la Cruz Roja el continente africano se enfrenta a su peor crisis alimentaria en 40 años. Casi 115 millones de personas en el África subsahariana se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria. Dentro de esa enorme cifra, en el África oriental es 50 millones de personas las que corren ese riesgo.

En el Sahel, el número de personas que necesitan ayuda alimentaria de emergencia se ha cuadruplicado hasta alcanzar los 30 millones en los últimos siete años. Aquí la situación es bastante grave, pues es una de las zonas del mundo que más tasa de natalidad tiene y cada vez los productos alimenticios escasean más. Además hay que añadir los continuos y crecientes conflictos interétnicos y el aumento a pasos agigantados de la presencia de yihadistas vinculados al Daesh y Alqaeda.

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Escuela Sansana en Burkina Faso. Antonio Olalla

CAMBIO CLIMÁTICO Y EL NIÑO

Entre las situaciones más importantes que han provocado esta serie de catástrofes se encuentran los peligros naturales, que se han visto agravados y ampliados por el cambio climático provocado por el hombre y la degradación de los entornos naturales. Aquí es donde aparece el Niño, un fenómeno climatológico global que se presenta de diferentes maneras. Desde lluvias intensas e inundaciones a olas de calor extremos y sequías prolongadas.

En este 2023 este fenómeno se ha agrandado y está creando situaciones desiguales por todo el planeta con especial incidencia en el África del este, países como Sudán, Somalia, Etiopía y Kenia están en una situación bastante extrema. En muchas de estas zonas se vive con menos de 1,5 dólares al día, esto hace que casi todo el dinero se gaste en comida y la extrema pobreza de la población se haya disparado.

Y es que fenómeno del niño ha provocado la pérdida del 70% de las cosechas de maíz de la zona, una auténtica catástrofe pues es la base de la cadena dietética del 80% de la población. En su mayoría pequeños agricultores y ganaderos que al perder sus cosechas se ven abocados a vender sus animales a precios bastante bajos debido a ese exceso de carne en oferta.

De esta forma los hombres y las mujeres pierden sus medios de vida a medida que se pierden las cosechas, los animales se mueren de hambre o de sed, y el suelo es arrasado. Los niños pasan hambre y se abandona su educación. Las mujeres comen menos, y la sequía hace que las necesidades dietéticas, especialmente de las niñas, las mujeres embarazadas y lactantes, y la higiene menstrual queden relegadas.

Por este motivo, entidades como Intermon Oxfam señalan que hay una necesidad urgente de ayuda humanitaria para salvar vidas en todos los países de África. Para ello es necesario invertir para ayudar a las comunidades vulnerables a adaptarse a los impactos actuales del cambio climático y a ser más resistentes a las crisis climáticas que están por venir. Y lo más importante permitir que la población pueda determinar como realizar sus cosechas, tener derecho a elegir que comer y como lo comemos y obtener la tan necesaria ‘Soberanía alimentaria’.

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Mujeres agricultoras en Bánfora (Burkina Faso). Jéssica Hernández (Gentinosina Social)