A pesar de todas las estrategias dietéticas que existen, el control del peso sigue siendo una cuestión de las calorías que tomas frente a las calorías que quemas. Es posible que las dietas de moda prometan que evitar carbohidratos sea el secreto para bajar de peso, pero no todo es así. O lo que es lo mismo: realmente se trata de comer menos calorías que las que tu cuerpo utiliza si buscamos eliminar algunos kilitos de más.
Una de ellas es la conocida como dieta metabólica, o 'dieta de las 1.000 calorías', por la cual se lleva a un proceso para consumir entorno a 1.000 calorías diarias. Sin embargo, como suele suceder, todo excesivo es malo, dañino para nuestro cuerpo. Y esta no es una excepción. Tanto es así que nuestro cuerpo puede verse perjudicado. Lo repasamos.
6Si ocurre, será necesario volver a estabilizar nuestro metabolismo
Si nos encontramos en tumba metabólica necesitaremos volver a estabilizarlo. Para ello es necesario que calculemos nuestras necesidades calóricas diarias, y que llevemos una alimentación en la que se respete esa ingesta de calorías.
En resumen, llevar durante un tiempo una dieta de mantenimiento, no hipocalórica. Nuestro metabolismo volverá a estabilizarse y a partir de ahí podremos volver a bajar las calorías de nuestra dieta de forma progresiva.
Esto es importante: deberemos llegar a un déficit de unas 500 calorías diarias bajando poco a poco. Una buena idea es ir bajando 100 calorías de nuestro día a día cada semana. No podemos olvidar llegar a nuestras necesidades diarias de macronutrientes.
Por último, es preciso señalar que las 1000 calorías al día probablemente te ayudarán a perder peso, pero es casi imposible de mantenerlos. Con todo, el objetivo será arreglar nuestros hábitos, enfocarlos en encontrar una manera sostenible de crear un déficit de calorías, es lo más lógico.





