Las apuestas realmente estúpidas es meramente pensadas como algo posible, por el hecho de que el ser humano es algo loco. Ya sea, por exigirse a uno mismo retos totalmente absurdos o demás. No todo corre por la senda de apostarle al equipo favorito en particular.
Si bien el deporte es la primera opción en apuestas, no es el único motivo por poner en juego los ahorros. Sin embargo, como no es de otra forma, actualmente no hay otro foco que no sea un deporte mayoritario.
La apuesta de 1.000.000 a 1
Matthew Dumbrell tuvo una idea conspirativa y se decidió por apostar algo ilógico, que el mundo se acabaría llegado el año 2000. Ni bien se le ocurrió dicha idea, se dirigió hacia la casa de las apuestas y realizó una de las apuestas realmente estúpidas.
El hecho de la misma, y que por ende nunca jamás razonó, fue el hecho de no detenerse a pensar que, de ser así, igualmente nunca cobraría la apuesta. De acertar o lo contrario, no tendría forma de hacerse con la ganancia.
