Fernando Alonso es uno de esos deportistas con muchos fans, pero también muchos detractores. No es solo por su cara, y sus expresiones, sino que su reputación de prepotente se la ha ganado a base de afirmaciones y declaraciones. Estas son algunas de las declaraciones prepotentes de Fernando Alonso.
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«Después de lo ocurrido, nunca volveré a considerar la Fórmula 1 un deporte»
Esto es una frase típica de mal perder. Alonso cae mal, y le importa tres pimientos lo que piense su afición, porque lo único que le importa es su trabajo. Es verdad que es importante, pero la gente que te sigue también, y de vez en cuando, hace falta un gesto que sea cariñoso para la gente que te apoya siempre.
Alonso dijo esta frase cuando fue relegado al décimo puesto, en el Gran Premio de Italia. En esa época, tenía una cierta rivalidad con Schumacher, pero que te haya sentado mal un décimo puesto, no quiere decir que eso que te apasione deje de ser un deporte. Si eso mismo que amas tanto eres capaz de despreciarlo de tal manera, mejor te callas.
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«Se lo dedico a mi familia a mis amigos de verdad»
Fernando Alonso no lleva en el panorama televisivo mucho más de una década. Pero él se ha ganado a pulso la antipatía, sobre todo cuando ganaba. Esto lo dijo tras ganar en el Gran Premio de Brasil, en Sao Paulo, en 2005. Si tiene un malperder, no te creas que es lo único, porque el piloto también tiene un mal ganar.
La frase completa es: «Este título se lo dedico a mi familia y a mis amigos de verdad, que son tres o cuatro. También quiero darle las gracias a toda la afición y a España.» Vamos, solo le falta decir «… a mis amigos de verdad. No tú, Pepe». Como si le hubiera sentado mal algo tiempo atrás.
Además, también lo dijo de otro modo: «Se lo dedico a los míos y a nadie más». Porque los demás le importa un pepino y medio, claro.
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Los trofeos no sirven para nada
En realidad, lo que dijo fue: «Cuando tenga 50 años, miraré los trofeos que he conseguido, pero hoy no me sirven para nada. Quiero volver a ganar». Sí, hijo, y nosotros queremos tener políticos no corruptos, pero no llueve a gusto de todo. Encima que ya llevas unos cuantos trofeos a tus espaldas y varios milloncetes, te quejas.
A los demás esos trofeos sí que nos sirven. Para lanzártelos a la cabeza, por ejemplo. Una cosa es estar firmemente decidido a ganar. Otra cosa es echar por tierra lo que has conseguido hasta ahora, que aunque no sea mucho, es algo importante que se ha conseguido.
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¿Para qué sirve un 16º lugar?
En el GP de Silverstone en 2009, dijo algo que molestó a mucha gente «Mi lucha con Hamilton fue buena, somos dos campeones del mundo y creo que para la gente ha sido un buen espectáculo. Pero nosotros lo que queremos es luchar por posiciones de podio, y no por un 16º lugar».
Sí. Existe un 16º puesto en el ranking para ser un perdedor. Pero aún así, hay muchos perdedores con mejor saber estar que este impresentable, que parece que una mala posición ya hace que sea lo peor del mundo. Peor que ser un asesino de cachorros, por ejemplo.
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Todo para el inglés
Aunque siempre haya favoritismo, hay que tener una conducta deportiva, dentro y fuera del terreno de juego. Lo que dijo Alonso, aunque fuese verdad, no fue nada educado. A algunas personas les cae bien Fernando Alonso porque la sinceridad les parece una señal de frescura, y de ser auténtico. Pero hay formas y formas de decir las cosas, y no a modo de rabieta.
“Desde el primer momento no he estado cómodo del todo. Estoy con un compañero inglés, en un equipo inglés, que lo está haciendo genial y sabemos que todo el apoyo del equipo y todas las ayudas son para él”.
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Volver a ganar, ante todo
Muchos dirán que es una actitud ganadora, pero otros lo ven como una simple declaración de mono de feria que echa de menos su sitio. Lo que dijo Alonso fue: “Es fácil pedir más éxitos, una mejor posición profesionalmente, pero para mí, eso no se puede pedir. No soplas una vela y llegan los campeonatos. Hay que trabajar y volver a la senda de las victorias. Ganar o no es difícil, pero tarde o temprano voy a volver a ganar”.
Viendo el panorama, puede que sí que deba soplar alguna vela. O mejor, ponérsela a algún santo, que igual es mucho más efectivo. A los periodistas, les gusta mucho más el estilo de Fernando porque es directo, y no da lugar a falsas conclusiones. Pero decir que a él no se le puede pedir más éxitos es una soberana estupidez. El piloto también tiene que poner de su parte, y no solo esperar un buen equipo.
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Porque él es el único que hace su trabajo
“Con quien me llevo mejor es con Robert Kubica, y me gustaría que fuera él el campeón, pero no tiene un coche lo suficientemente competitivo como para recuperar doce puntos. Yo hago mi trabajo y cuando acaba la carrera me alegra más que gane uno u otro equipo”.
Esto es como cuando te preguntan si quieres más a mamá o a papá, y contestas con sinceridad, y sin delicadeza. Con ellos delante. Vamos, que te sienta como un tiro en la cabeza. Y cuando encima añade «Yo hago mi trabajo…», es como si dijera que el resto del mundo no. En fin.
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Porque Fernando Alonso es perfecto
Si tuvieras que definir la perfección en persona, tendría que ser Fernando Alonso. O eso piensa él: “Gané carreras, gané títulos, conseguí ‘poles’, tuve grandes sensaciones en estos nuevo años en Fórmula 1. Pero dar este pequeño paso suplementario, conducir un coche de la ‘Scuderia’, era lo que me faltaba para alcanzar la perfección”.
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“Ya no necesito ganar carreras para ser feliz”
Porque claro, antes era un yonki de las carreras. En realidad, este es el nivel supremo de prepotencia. De haber llegado ya a un punto en el que para qué va a esforzarse en las carreras, si ya es feliz de por sí, con sus mujeres, con su dinero y sus rivalidades de patio de colegio.
Lo de dar todo de sí ya quedó atrás, ahora es demasiado importante como para ganar carreras con el objetivo de ser feliz.
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“Yo hago de las leyes correctas mis milagros”
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