Todos tenemos un pasado, y en el de muchos de nosotros no está la Playstation 17, el iPad micro mini ni ninguna cosa de esas. Era diversión diferente y tal vez más sana. Un juego costaba 1000 pesetas y daba para años de diversión.
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El Palé
Los juegos de mesa tuvieron sus años dorados en la historia de España en la década de los 80’s, cuando eran reconocidos como la mejor forma de entretenimiento para los niños y para toda la familia. Los había de todo tipo y para todos los gustos, era un tiempo en el que no existían las distracciones actuales, por lo que muchos ahora recordamos estos juegos como parte de su infancia.
El palé es sin dudas uno de los claros ejemplos, de mecánica muy similar al Monopoly pero con el valor agregado de la pertenencia, ya que todas las calles del juego estaban basadas en las más conocidas de Madrid, algo que se le debe a un malagueño, Francisco Leyva Vances, Paco Leyva para los amigos, y Palé para todos los que jugaron con su entretenido juego de mesa, en el que había que estar atento a comprar, vender y hacerse una buena suma de dinero sin perder mucho en el proceso ni terminar tras las rejas.
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[nextpage title=»Subbuteo» desc=»Fútbol de Mesa» img=»150305″]
Subbuteo
Este juego, también conocido como Fútbol de Mesa, consiguió reunir a niños y no tan niños en torno a la mesa de la casa para disputar los más emocionantes enfrentamientos entre equipos y naciones. Era la evolución del fútbol de chapas para los más pudientes.
La edición de lujo traía una gran variedad de piezas, desde el fieltro para crear el campo de juego, las porterías, marcadores y todos los jugadores, 11 de cada equipo, además claro, de los balones para desarrollar el juego.
Por más simple que parezca el concepto, quienes hayan crecido jugando con el Subbuteo coincidirán en aceptar que enganchaba, el objetivo era ganar los partidos concretando la mayor cantidad de goles posibles golpeando a los jugadores con los dedos para que impulsen el balón. Durante años fue uno de los juegos estrella de una generación.
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[nextpage title=»Imperio Cobra» desc=»La Isla de la Cobra» img=»150277″]
Imperio Cobra
El nombre completo de este juego de mesa es «En busca del Imperio Cobra» y se puede decir de él lo que no se puede decir de muchos juegos de mesa: marcó todo un hito en relación a este tipo de entretenimiento.
La caja presentaba un escenario de juego que se desplegaba en unas gráficas sumamente llamativas, incluía un tablero de juego desplegable que contaba con 3 islas, la selva, el desierto y el glacial, sitios por los que los jugadores debían desplazarse hasta llegar a la cuarta isla, la más importante de todas, la Isla Cobra, toda una fortaleza inalcanzable.
El juego se basaba en un sistema de cartas y movimientos por turnos, había además todo tipo de detalles que hacían del juego algo mucho más entretenidos como los Hombres Cobra, que había que montar antes de cada partida en sus peanas de plástico y los guerreros de colores que sorteaban todos los obstáculos del juego.
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La Isla de Fuego
Aquellos nostálgicos seguramente sentirán un especial nudo en la garganta cuando recuerden este juego de mesa que era toda una sensación: La Isla de Fuego.
Este juego, original de Estados Unidos, llega a España a mediados de la década del 80 y en poco tiempo se vuelve el favorito de los niños, que lo piden para toda Navidad, Día de Reyes, del Niño o Cumpleaños que se les cruce, ya que se trataba de una verdadera aventura que todos querían experimentar, con un complejo tablero en 3 dimensiones y un circuito de lo más complejo que hacía realmente muy difícil conseguir la joya que protegía el gran totem, el verdadero objetivo de cada partida.
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[nextpage title=»Operación» desc=»Operando con cuidado» img=»150292″]
Operación
Este juego es conocido en varias partes del mundo, originario de los EEUU llega a las manos de los niños españoles bajo el nombre de «Operación» y se basa en un tablero en el que se recuesta el paciente y el jugador solamente cuenta con unas pinzas para realizar las incisiones correctas y sacar aquellas piezas que lo aquejan, pero con mucho cuidado de no tocar los bordes, que sino suena la alarma.
Se trataba de una plancha metálica que simula la mesa de operaciones, y hay que sacar las piezas sin activar el zumbido y la luz roja del operado ya que esto hace perder el turno al jugador. La idea es la de extraer la mayor cantidad de elementos posibles, entre huesos y muchas ocurrencias.
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[nextpage title=»Detector de Mentiras» desc=»Detector de mentiras incluído» img=»150256″]
Detector de Mentiras
«Resuelve los crímenes gracias al Detector de Mentiras y a tu propia habilidad como detective», se puede leer en la tapa de este juego de mesa desarrollado por Mattel en los años 80′ y que permitía a los niños y a toda la familia convertirse en verdaderos expertos a la hora de detectar quien andaba flojo a la hora de decir la verdad.
El juego básicamente consistía en descubrir quién había sido el asesino utilizando para eso un detector de mentiras, que viene incluído y que es lo mejor de todo el asunto, funciona con baterías y se basa en un sistema magnético con tarjetas perforadas. Este juego era sin dudas un verdadero vicio para pasar las tardes más entretenidas buscando al sospechoso que, vale aclarar, era diferente en cada partida.
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[nextpage title=»Quien es Quien?» desc=»Adivina quién» img=»150298″]
Quien es Quien?
-¿Tu persona tiene cabello, bigotes y labios carnosos?
– Si!!
– Pues entonces o es Freddie Mercury o es ese tío Max!
¿Quién no ha tenido un quién es quién?, la tarea de adivinar la persona que el otro quiere ocultar basándonos en los rasgos y características de cada uno de los personajes para hacer las preguntas precisas es sumamente entretenido y divertido, no hay quien no la haya pasado en grande jugando a este juego de mesa en la infancia, bajando caritas y luego volcando el tablero para comenzar de nuevo ¡una y otra vez!.
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[nextpage title=»Tragabolas» desc=»Traga todas las bolas que puedas» img=»150323″]
Tragabolas
Muchos jurarían que se trataba de un juego destinado a entretener a los más pequeños, pero a ver quién no es capaz de confesar la gran tentación de elegir al hipo del color favorito de uno y tratar de conseguir tragar la mayor cantidad de bolas antes que todo el resto y es que el tragabolas no discrimina en edad ni género y es capaz de sacar nuestro lado más competitivo de buenas a primeras.
Es un clásico desde hace ya 5 décadas, ni más ni menos, ya que ingresó a la vida de los españoles a comienzos de los años 70′ y desde entonces siempre resurgen nuevas versiones que se encargan de dejar intacto el diseño del original de nuestra infancia. Hoy en día de vez en cuando puedes encontrarte con alguna versión algo más moderna en algún chino.
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