El asma es la principal afección respiratoria no transmisible que afecta a niños y adultos por igual, lo origina la inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias causando dificultad para respirar y opresión en el pecho. Se estima que afecta a más de 260 millones de personas y fue la causante de 461.000 muertes.
Su tratamiento consiste en evitar las causas que lo desencadenan por lo que la mejor prevención es evitar loa ataques de asma; en caso de presentar una crisis debe ser trasladado de inmediato a un hospital.
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¿Qué es el asma?
El asma es una enfermedad crónica de las vías respiratorias, ya que estas se estrechan e inflaman esto causa una dificultad para respirar y provoca una sibilancia propia del asma al momento de exhalar. Para algunas personas las crisis asmáticas pueden ser muy leves; pero para otras pueden requerir su traslado a la sala de emergencias.
El asma no tiene una cura definitiva, pero se puede controlar, esta enfermedad tiende a cambiar con el tiempo; por lo que debes hacer un seguimiento constante de las frecuencias y los demás síntomas para que tu médico este al tanto.
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¿Cuáles son los síntomas del asma?
Las personas que padecen de esta enfermedad pueden presentar signos y síntomas que pueden variar en frecuencia e intensidad, los más comunes son:
- Dificultad para respirar
- Tiraje intercostal
- Dolor u opresión del pecho
- Patrón de respiración alterada
- Sibilancias al exhalar
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Clasificación del asma
El asma se clasifica en cuatro categorías generales que están relacionadas con la frecuencia y gravedad de los signos y síntomas. El asma se clasifica de acuerdo con las siguientes categorías:
- Intermitente y leve: Síntomas leves que se presentan desde dos veces por semana hasta dos noches por mes.
- Persistente leve: Se caracteriza por presentarse hasta dos veces en una semana pero solo una vez al día.
- Persistente moderada: Es cuando las crisis asmáticas se manifiestan una vez por día y más de una noche por semana.
- Persistente intensa: Son personas que manifiestan los síntomas durante todo el día y con mucha frecuencia por las noches.
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Causas que provocan la crisis asmáticas
Hasta el momento no se ha logrado establecer porque hay personas que tienden a padecer esta enfermedad y otras, por el contrario, nunca la padecen. Se cree que influyen factores ambientales y hereditarios.
Existen muchos elementos ambientales que pueden desencadenar las crisis asmáticas en ciertas personas; estos desencadenantes pueden variar en cada persona y se pueden mencionar los siguientes:
- Polen, esporas de moho y los residuos de los insectos que estén flotando en el aire.
- Climas fríos
- Ambientes muy contaminados por humo
- Actividades físicas
- Estrés o angustias
- Algunos medicamentos
- Reacción a algunos conservantes que contiene algunos alimentos y bebidas
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Factores de riesgo de padecer de asma
Existen muchos factores que aumentan la posibilidad de padecer de asma, en ese grupo de personas se encuentra aquellos que tienen un pariente consanguíneo que lo padece como padres y hermanos, las personas con sobrepeso, los fumadores e incluso los fumadores pasivos.
Si estás expuesto de forma constante a emisiones de gases del escape de los coches o a otro tipo de gases contaminantes, también las personas que trabajan con sustancias químicas utilizadas en la industria, la agricultura y la estética.
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Las exacerbaciones asmáticas
Son episodios de empeoramiento progresivo de los síntomas, lo que empeora la función pulmonar del paciente. Las exacerbaciones pueden ser leves, moderadas y graves y pueden llegar a constituir una amenaza para la vida; estas crisis pueden manifestarse de manera abrupta en menos de 3 horas de evolución.
Cuando los pacientes tienen crisis asmáticas, se debe consultar al médico inmediatamente antes de que la exacerbación empeore su condición para que pueda recibir tratamiento médico oportunamente.
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¿Cómo prevenir las crisis asmáticas?
La mejor manera de prevenir una crisis asmática es identificando los desencadenantes para que los puedas evitarlos; trata los ataques a tiempo si comienzas a sentir que los síntomas están aumentando de intensidad, toma los medicamentos que tu médico te ha indicado para estos casos.
Si tratas los síntomas a tiempo es muy probable que mejores y no tengas que recurrir a la emergencia de algún hospital; observa que tanto requieres del inhalador de alivio rápido, si es muy frecuente debes notificarle a tu doctor para que modifique la dosis.
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Estudios para diagnosticar el asma
Para diagnosticar el asma, el médico te hará un examen físico para determinar tu estado de salud general, auscultará los pulmones con ayuda de un estetoscopio para escuchar las sibilancias y otros ruidos respiratorios propios del asma.
Es probable que quiera medir la función pulmonar, para ello realizará una prueba denominada espirometría la cual consiste en medir la cantidad de aire que inhalas y exhalas; y la prueba de flujo espiratorio máximo la cual mide la fuerza con la que puedes exhalar. Si los valores de flujo espiratorio están por debajo de lo normal, pueden ser indicios de un mal funcionamiento pulmonar.
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Tratamiento para el asma
Para el asma no existe un tratamiento específico, solo un tratamiento para controlar la inflamación de las vías respiratorias; limitar la exposición a sustancias desencadenantes de los síntomas para que el paciente pueda llevar una vida normal sin ningún tipo de síntoma que se lo impida.
Los medicamentos para el asma se clasifican en dos los medicamentos de control para ayudar a prevenir ataques y los medicamentos de alivio rápido; los cuales son usados durante las crisis asmáticas.
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Medicamentos más utilizados
Medicamentos de acción prolongada: Son aquellos que se emplean para el mantenimiento y control de los síntomas, se deben tomar según las instrucciones de tu médico.
Medicamentos de alivio rápido: Son aquellos utilizados durante una crisis asmática, cuando los síntomas se hacen más intensos o los puedes usar antes de comenzar actividades físicas. Entre los medicamentos de rescate tenemos los broncodilatadores de acción corta la cual su presentación comercial es la de los inhaladores y los corticosteroides orales.
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