Siempre se ha dicho eso de que el perro es el mejor amigo del hombre. Leales hasta las últimas consecuencias, capaces de perdonártelo todo y generosos, nos hemos acostumbrado a compartir la vida con ellos. Muchos los consideran un miembro más de la familia. Además, son ideales para combatir la soledad, llegando a un punto que hay quienes mantienen largas conversaciones con estos animales. La pregunta que siempre te has hecho, si perteneces a este nutrido grupo de personas, es: ¿Qué entiende de lo que le estoy diciendo? Parece que te hacen caso, pero ¿será por el lenguaje gestual o pueden identificar determinados fonemas pronunciados por los humanos?.
En este artículo, te vamos a explicar la relación de los canes con el lenguaje humano. Un misterio en el que muchos dueños todavía no se han introducido, pero cuya resolución les puede ayudar a mejorar la relación con su mascota.
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Investigación científica en Hungría
Un estudio de científicos húngaros ha abordado recientemente esta cuestión. Tenían como objetivo observar el funcionamiento del cerebro de los perros cuando entra en relación con el lenguaje humano. Ha sido publicado en la prestigiosa revista académica Frontiers in Neuroscience, suscitando el interés de un público que normalmente no se involucra demasiado en ese tipo de cuestiones.
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Estudio con escáner
Para realizar el experimento, se colocaron escáneres a fin de observar el cerebro de los perros durante el proceso. Se pretendía poner el foco en la materia gris del animal. Los investigadores les daban juguetes y ellos se iban familiarizando con estos objetos. Eran dos, de texturas muy diferentes entre sí. Uno era muy blando y el otro lo suficientemente duro al tacto como para notar el contraste. Así se conseguía que el animal supiese de inmediato cuál era cada uno.
Durante dos meses estuvieron trabajando con los perros en torno a estos objetos. Mediante la forma sabían qué objeto estaban tocando y, cuando lo hacían, los científicos o el dueño decían el nombre que lo identificaba, intentando que el animal asociase el sonido concreto a lo que tenían delante en cada caso.
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Resultados
Tras el periodo de entrenamiento, los organizadores se decidieron a llevar a cabo una prueba al respecto. Los resultados fueron altamente satisfactorios para los científicos del país magiar. Una vez con el perro bajo la vigilancia del escáner, se le dejaron los juguetes. Cuando decían el nombre del objeto indicado en cada caso, el cerebro del animal se iluminó en varias áreas. Esto no ocurría cuando se trataba de otra palabra o no se podía establecer la relación con el objeto.
En la primera fase de la comprobación, la euforia inundaba a los científicos. Todo parecía augurar la confirmación de las hipótesis prevista y una publicación bastante llamativa en consecuencia.
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Segunda fase del experimento
Los científicos querían comprobar que los resultados obtenidos en la fase anterior no habían sido fruto de la casualidad. Con este objetivo, colocaron al perro en el escáner y se le enseñaban juguetes a través de un espejo, pronunciando a la vez y de manera repetitiva, pero con un cierto margen de tiempo, los nombres de dichos objetos. La voz que las pronunciaba era familiar, concretamente la de sus dueños.
Se buscaba, como en la prueba anterior, ver la forma en que reaccionaba el cerebro del animal ante estos estímulos que se le estaban presentando. Serviría a modo de confirmación de los datos ya extraídos.
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Conclusiones
Los perros pueden comprender las palabras humanas. Esta fue la conclusión a la que llegaron los científicos húngaros. Tienen una cierta representación mental en función de la realidad con la que hayan asociado la palabra.
Los investigadores intentaban ir más allá y ver qué significa el hecho de que un humano pronuncie una palabra en el cerebro de un can. Asimismo, trataban de averiguar qué mecanismos cerebrales concretos se activan en un perro al escuchar esos sonidos.
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Órdenes verbales
Siempre se ha sabido que los perros pueden seguir ciertas órdenes verbales. Los científicos afirman que también están muy enfocados en distinguir el tono, pues los perros buscan conseguir recompensas y evitar castigos. Por ello, logran saber si es una bronca o un halago aquello que se les está diciendo, incluso si no están familiarizados con la palabra. Sin embargo, se ha demostrado que emplear otro tipo de comunicación que no sea la verbal es mucho más efectivo a la hora de dirigirnos a los canes.
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¿Qué palabras entienden mejor?
Como decíamos antes, las órdenes son lo que mejor comprende un perro. Hay palabras relacionadas con esta función del lenguaje que tienen muy asimiladas, verbigracia, ven, quieto, para, etc.
Sin embargo, no son las únicas que pueden entender. Otras que se refieren a recompensas, como paseo o comida, también, destacan para los canes. El contenido es fundamental a la hora de explicar por qué el animal recuerda una palabra y no otra.
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¿Cuántas son capaces de memorizar?
La raza del perro influye bastante en el número de palabras que puede recordar. Los podencos, por ejemplo, gozan de una extraordinaria memoria, mientras que la de los chihuahuas es algo más limitada. Un can promedio recuerda unas 89 palabras. Esto significa que retiene las mismas que un humano de 2 años de edad. Sin embargo, hay perros policía, con grandes capacidades, que llegan a memorizar hasta 400 palabras.
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¿Entienden mejor unas lenguas que otras?
Existe el mito de que hay determinados idiomas que penetran mejor en el oído canino. Hay parte de verdad en esto, pues las lenguas con palabras cortas y guturales sirven mejor para dar órdenes a los perros; las entienden más fácilmente. Los idiomas más recomendados para adiestrar perros son el inglés y el alemán, al poseer, justamente, las características señaladas.
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Bonus: órdenes básicas para el adiestramiento de perros en cuatro idiomas
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