Bruselas evaluará la nueva propuesta de España para la luz pero duda de que sea «mejor alternativa»

La Comisión Europea analizará la nueva propuesta del Gobierno español para frenar la escalada del precio de la luz, pero duda de que crear un «mercado paralelo» que desvincule el precio de las renovables y del gas sea una «mejor alternativa» al diseño actual del mercado, al tiempo que ha advertido de que modificar el sistema plantea «riesgos» para la competitividad y la seguridad de suministro.

«No está totalmente claro cómo funcionará en la práctica un sistema con precios para las distintas fuentes de energía o si será mejor alternativa que el diseño actual del mercado eléctrico», ha dicho en una rueda de prensa la comisaria de Energía, Kadri Simson, tras la reunión extraordinaria de los ministros de Energía de los Veintisiete en Luxemburgo.

La estonia, además, ha añadido que «cambiar el modelo actual supone riesgos para la predictibilidad del mercado, la competitividad y la transición a energías limpias». «También porque el modelo actual garantiza en todo momento que se ajusten la oferta y la demanda y es muy importante para la seguridad de suministro».

En cualquier caso, la responsable de Energía del Ejecutivo comunitario ha asegurado que Bruselas evaluará las nuevas ideas planteadas por España y responderá al departamento de la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera.

La delegación española ha llegado al encuentro con un nuevo documento de propuestas en el que plantea que se permita sustituir el sistema actual -en el que la tecnología más cara marca el precio de todas las demás– por otro en el que también se tenga en cuenta el coste de las energías renovables.

Otra de las nuevas sugerencias que el Gobierno ha trasladado a la UE es establecer un límite en el precio de las licitaciones de electricidad producida con gas natural, aunque esto requeriría una posterior «compensación» en el futuro.

CRECE EL NÚMERO DE PAÍSES EN CONTRA DE CAMBIAR EL SISTEMA

Sin embargo, la nueva apuesta de España se ha encontrado este martes con la oposición de una docena de países, entre ellos Alemania, Países Bajos y los nórdicos, contrarios a adoptar medidas de calado hacer frente a la escalada de los precios energéticos.

Estos países publicaron el lunes una declaración conjunta en la que rechazan cualquier reforma del sistema eléctrico europeo. El grupo estaba inicialmente formado por Alemania, Austria, Países Bajos, Dinamarca, Finlandia, Estonia, Irlanda, Luxemburgo y Letonia, pero este martes se han sumado Suecia y Bélgica.

«Tenemos que actuar dentro del mercado único de la energía. Varios Estados miembros nos hemos pronunciado claramente en este sentido», ha subrayado el secretario de Estado de Asuntos Económicos y Energía de Alemania, Andreas Feicht, en el debate público que han tenido los responsables de Energía de los Veintisiete.

En la misma línea, el ministro de Asuntos Económicos y Política Climática de Países Bajos, Stef Blok, ha enfatizado que «el mercado energético interior es la piedra angular de la política climática» y la UE no debe «interferir» con medidas ‘ad hoc’, mientras que su colega danés, Dan Jorgensen, ha advertido de las «consecuencias negativas» que puede tener actuar pensando en el corto plazo, especialmente para la transición verde.

ESPAÑA BUSCA APOYOS

En este contexto, España intenta sumar apoyos a sus nuevas ideas, especialmente entre socios del sur del bloque que estas semanas han demostrado compartir el mismo análisis con respecto a los precios energéticos, como Francia, Grecia o Italia.

«Lo están analizando, han pedido espacio de tiempo y esperamos que tengamos apoyos en los próximos días», ha dicho la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, quien ha sido la encargada de defender la posición española en la reunión en ausencia de la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que se ha desplazado a Luxemburgo para participar en el Consejo de Ministros.

Antes de participar en el debate con el resto de ministros de Energía, Aagesen ha defendido que se trata medidas «contundentes», al tiempo que ha remarcado que el documento de la Comisión Europea «no es suficiente» y hay que «»seguir trabajando en medidas muchísimo más ambiciosas y adecuadas al contexto actual».