Las masas oceánicas de microplásticos alcanzan máximos en verano

Las concentraciones oceánicas de microplásticos tienden a variar según la estación del año, alcanzando su punto máximo en el Atlántico norte y el Pacífico durante los meses de verano del hemisferio norte.

Junio y julio, por ejemplo, son los meses pico para la Gran Mancha de Basura del Pacífico, una enorme zona de convergencia en el Pacífico Norte donde los microplásticos se acumulan en cantidades masivas.

Investigadores de la Universidad de Michigan han desarrollado una nueva forma de detectar microplásticos oceánicos en todo el mundo y rastrearlos a lo largo del tiempo, proporcionando una línea de tiempo día a día de dónde ingresan al agua, cómo se mueven y dónde tienden a acumularse.

El enfoque se basa en el Cyclone Global Navigation Satellite System, o CYGNSS –un sistema de ocho microsatélites lanzado en 2016–, y puede brindar una vista global o acercar áreas pequeñas para obtener una imagen de alta resolución de las emisiones de microplásticos desde una sola ubicación.

HEMISFERIO SUR

Las concentraciones en el hemisferio sur alcanzan su punto máximo durante los meses de verano de enero y febrero. Las concentraciones tienden a ser más bajas durante el invierno, probablemente debido a una combinación de corrientes más fuertes que rompen las plumas de microplásticos y una mayor mezcla vertical que las lleva más por debajo de la superficie del agua, dicen los investigadores.

Los datos también mostraron varios picos breves en la concentración de microplásticos en la desembocadura del río Yangtze, que durante mucho tiempo se sospechaba que era una fuente principal.

Según los autores de la nueva investigación, la nueva técnica es una mejora importante con respecto a los métodos de seguimiento actuales, que se basan principalmente en informes irregulares de los arrastreros de plancton que capturan microplásticos junto con su captura.

Los investigadores produjeron visualizaciones que muestran concentraciones de microplásticos en todo el mundo. A menudo, las áreas de acumulación se deben a las corrientes de agua locales predominantes y las zonas de convergencia, siendo la gran mancha del Pacífico el ejemplo más extremo.