Vacuna de Pfizer: esto es lo que contiene de verdad (y lo que hará en tu cuerpo)

Tras muchos meses de esfuerzo, de investigación y de incertidumbre, al fin está aquí. La vacuna desarrollada por el laboratorio estadounidense Pfizer está ya rumbo a España desde Bélgica. Según ha indicado el Ministerio de Sanidad, ya este próximo lunes empezarán a aplicarse las primeras dosis. Irán destinadas primero al personal sanitario y a los mayores que viven en residencias. No es que con la vacuna vayamos a frenar de forma inmediata la expansión de la pandemia. Pero lo cierto es que es el recurso más importante con el que contamos para defendernos del virus.

Pese a las suspicacias iniciales, y según datos que conocimos hace pocos días, un 40% de los españoles está dispuesto a ponerse la vacuna contra el covid-19. Las autoridades sanitarias han repetido en numerosas ocasiones que la vacunación no será en ningún caso obligatoria. Además, numerosos expertos han insistido en la necesidad de ser transparentes en todo momento para generar confianza entre la ciudadanía y conseguir un porcentaje elevado de población vacunada. Aquí resumimos la información básica sobre el contenido de la vacuna de Pfizer y sus efectos en el organismo.

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Así funciona la vacuna

Vacuna

La vacuna de Pfizer contra el coronavirus funciona del mismo modo que el resto de vacunas que existen contra cualquier otra enfermedad. Se trata de una sustancia diseñada para enseñarle a nuestro inmune a combatir y repeler el coronavirus. Esta vacuna, en concreto, se conoce como una vacuna del tipo ARN, pues incluye en su composición un pequeño fragmento del código genético del virus que sirve para desactivarlo.

Una vez que este código se introduce en el organismo, al sistema inmune le saltan las alarmas. Y lo que hace, entonces, es empezar a atacar a ese agente invasor para neutralizar su efecto. La propia Pfizer se lo explicaba a la prensa de este modo: “Una vez que el ARNm de una vacuna está dentro de las células del cuerpo, las células siguen las instrucciones para producir las proteínas o los antígenos, que luego pueden mostrarse en la superficie celular y ser reconocidos por el sistema inmunológico del individuo vacunado, lo que genera una respuesta inmune al antígeno de la vacuna”.

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Más de mil millones de dosis

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Para que esta vacuna sea efectiva es necesario aplicar dos dosis de la misma. Primero se inyecta una y, al cabo de tres semanas, la segunda y definitiva dosis. Siendo aplicada de esa forma, y según los datos que han sido dados por buenos por la Agencia Europea del Medicamento, la vacuna de Pfizer tiene una eficacia del 94% para acabar con el covid-19. Se trata, además, de la primera vacuna ARN aprobada para su uso en personas. 

El laboratorio asegura que tiene capacidad de “producir hasta 50 millones de dosis en 2020 (cifra sujeta a aprobación o autorización regulatoria) y aproximadamente 1.300 millones para finales de 2021”. El obstáculo más importante al que se enfrenta esta vacuna es el de la distribución efectiva y su conservación, que ha de hacerse a una temperatura de 70 grados bajo cero.

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Almacenamiento y coste de Pfizer

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“Tenemos recursos y años de experiencia probada en el suministro y en la gestión de la cadena de frío. Suministramos diariamente miles de millones de dosis a destinos de todo el mundo con diferentes tamaños y controles de temperatura”, aseguran desde el laboratorio. “Hemos desarrollado planes y herramientas logísticas para asegurar un transporte, almacenamiento y control continuo de la temperatura de las vacunas. Nuestra distribución se basa en un sistema flexible que enviará los viales congelados al punto de vacunación en el momento necesario”.

Todo esto, claro, tiene un precio. Los accionistas de Pfizer ya se frotan las manos, pues como es normal este hallazgo les reportará millones y millones de beneficios, además de una excelente imagen de marca. Se calcula que el coste de la vacuna podría rondar los 40 dólares por dosis, lo que equivale más o menos a 33 euros. Desde Pfizer, sin embargo, apuntan que “en vez de usar un abordaje tradicional de coste/eficiencia, fijaremos el precio de tal manera que pueda ayudar a los gobiernos a asegurar que no hay gasto por parte de sus ciudadanos o que este coste sea muy pequeño”.

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¿Efectos secundarios?

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«Nuestra evaluación exhaustiva significa que podemos asegurar con confianza a los ciudadanos de la UE la seguridad y eficacia de esta vacuna y que cumple con los estándares de calidad necesarios«, ha declarado recientemente Emer Cooke, directora ejecutiva de la Agencia Europea del Medicamento. Esto significa que las autoridades sanitarias europeas no consideran de riesgo ni peligrosa la aplicación de esta vacuna. Aunque pueda haber efectos secundarios puntuales, no son de gravedad.

Estos consisten simplemente en fiebre, malestar general y dolor y molestias en la zona del pinchazo, de acuerdo con la información del Ministerio de Sanidad. Estos efectos pueden aparecer hasta 6 u 8 semanas después del pinchazo. Los ensayos previos en 43.500 personas no han generado ninguna preocupación de seguridad, aunque sí que se han reportado efectos adversos leves como los ya citados.

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¿Y si el virus muta?

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Esta es la pregunta que todos nos hemos hecho estos días, a raíz del descubrimiento de una nueva cepa del virus en Reino Unido. No obstante, y a la espera de conocer en mayor detalle esa nueva mutación, los expertos han tranquilizado a la población. “No hay evidencia en este momento que sugiera que la nueva cepa sea más mortal o capaz de eludir las vacunas diseñadas para vencerla”, escribió en su cuenta de Twitter Eric Feigl- Ding, epidemiólogo de la Universidad de Harvard.

Asimismo, los expertos del gobierno británico calificaron de “muy improbable” que las vacunas desarrolladas vayan a perder su efectividad ante esta mutación del virus. “Si hay un caso de fracaso de la vacuna o una reinfección, ese caso debe tratarse como una prioridad para la secuenciación genética”, ha dicho por su parte Sharon Peacock, directora del COVID-19 Genomics UK. Además, las vacunas desarrolladas con tecnología ARN pueden modificarse sin mayores dificultades, por lo que de momento no hay motivos para alarmarse.

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