Es un hecho que hay tecnologías que nos vuelven más tontos. Son muchas las razones de por qué. Porque en primer lugar, perdemos mucho el tiempo, y también nuestra concentración. No podemos pensar en otra cosa, y al final, nos damos cuenta de que ya nos ha pasado. Si es que hay tecnología que nos vuelve estúpidos, y nosotros nos dejamos.
Porque ahí está el problema: que también somos nosotros los que nos dejamos llevar, y dejar que nos vuelvan más estúpidos de lo que somos. No por nada en especial, o por la tecnología en sí, sino todo lo que conlleva: el tiempo que perdemos, la tonterías ideológicas que leemos… y al final, todo es una bomba de relojería y explota.
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POLITICA INVESTIGACIÓN Y TECNOLOGÍA
PIXABAY
No podemos negar que Twitter es una de las tecnologías que nos vuelven más tontos. Porque es una aplicación en la que publicas cosas, que normalmente no son interesantes. Y lees cosas que son igual de interesantes. Seguro que te ha pasado más de una vez, eso de que de repente estás leyendo una cosa, y cuando miras el reloj, han pasado dos horas.
Y así es como habitualmente, solemos perder el tiempo en el ordenador. Y es una forma de lo más habitual. Lo que tenemos que pensar es que no estamos gastando tiempo de nuestras vidas, sino también muchas neuronas. Porque las ideas que hay en Twitter no es que sean de las más brillantes que haya en el mundo.
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Agenda electrónica
Aunque no es exactamente lo que representa en la foto, todo dispositivo que hemos ido utilizado para guardar datos, también nos ha ido haciendo más tantos. Piénsalo. Antes, éramos capaces de memorizar cualquier tipo de teléfono, porque no queríamos perder esos datos. Vale que cualquier duda te lo solucione, pero, ¿hasta qué punto es bueno?
Ahora porque ya no se estilan las agendas electrónicas o PDA, pero antes eran muy habituales, y lo cierto es que gracias a ella, nos hemos acomodado demasiado. Ya no necesitamos memorizar nada, nuestros aparatos lo hacen por nosotros. Igual antes no éramos más listos, pero sí que memorizábamos mucho y manteníamos nuestra mente más activa.
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Internet
Aunque no es una tecnología en sí, teníamos que meterlo también en esta lista. Porque Internet ha revolucionado el mundo, pero también nos ha hecho más tontos. Por suerte, en sí mismo es muy buena opción para combatir la ignorancia que suele haber en la gente. Pero hay otro problema, y es que al parecer, muchos le dan a Internet una credibilidad que realmente no tiene.
No porque lo ponga en Internet esté mejor, o sea verdadero. Pero son muchos adultos que se lo toman de esta forma, y también demuestran que gracias a esta tecnología, hay personas que son mucho más tontas.
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El mando de la tele
Aunque parezca estúpido, en realidad no lo es tanto. Muchas personas terminan sentándose en un sofá después de un largo día, para al final, darle al botón una y otra vez. Y al final, no ver nada, y escuchar mil diálogos, y tener en la cabeza un batiburrillo de ideas, de programas, de comentarios… y de la nada, a la vez.
Porque al final, la persona no hace nada. Como al hacer zapping, la persona en realidad no ve nada, lo cierto es que es como una sensación continua de no hacer nada, de no tener nada terminado. Es algo extraño, pero la verdad es que ya son muchos los que estudian los efectos negativos de las horas muertas que pasamos delante de la tele.
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Ver la tele
Si decíamos que hacer zapping es malo, ver la tele, en sí, también. Porque hay que ser claros: una programación de telebasura, da lugar a unos cerebros alimentados con ello. Así que desde este punto de vista, luego no es tan malo el hacer zapping, ¿verdad? Puestos a elegir, pues no. Por eso hay que tener cuidado con lo que vemos.
Ahora mismo, no existen demasiados programas de calidad, por lo que lo mejor que se puede hacer en estos casos es recurrir a programas decentes en la red. Ya sean series o películas, dejando de lado los programas de cotilleos, y similares. Así que si quieres seguir viendo la tele, mejor ser más selectivos.
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El teléfono móvil
Llevar el teléfono es considerado un avance, pero nosotros no lo vemos así. Significa tener que estar comunicado todo el rato, con todo lo que conlleva: estar pendiente de las llamadas, de los mensajes y de las redes sociales. Nuestros amigos se enfadan por no estar contestando enseguida, y porque hemos dejado ese mensaje para más tarde.
Así que es como si tuviéramos la obligación social de contestar en cuanto vemos los mensajes. Saben dónde hemos comido, nuestra última hora de conexión, y si no cogemos el teléfono, se enfadan. ¿Estás seguro de que ha sido una buena idea y de que los teléfonos nos facilitan la vida? Nosotros ya no estamos tan seguros.
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Los powerpoints
No queremos meternos mucho en la metodología de los profesores. Pero ¿dónde quedaron esas clases magistrales de profesores que simplemente tenían muchas ganas de enseñar? Ahora todo queda reducido a un archivo powerpoint. Los alumnos solo se empeñan en copiar lo de la presentación, sin tener en cuenta de que hay cosas más importantes.
Por tanto, ¡di adiós a los powerpoints! Porque puedes ser igual de bueno sin ellos. Es más, sabrás que has dado con un buen profesor, cuando te des cuenta de que no utiliza ningún recurso de este tipo y las clases siguen siendo geniales.
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Los emails
Tener una mensajería a la que se puede acceder desde el ordenador parecía ser una buena idea. Pero cuando nos damos cuenta de que también tenemos que cuidar de ello, contestar casi con inmediatez, y que además, recibimos mucha basura que en realidad no queremos recibir, la cosa se complica.
Si además tenemos acceso a nuestro buzón desde nuestro móvil, la verdad es que nos sentimos bastante idiotas. Porque hemos pasado de alabar a la tecnología, que se supone que nos está cambiando la vida, a odiarla con toda nuestra alma, porque en realidad nos quita tiempo de lo verdaderamente importante.
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Como toda red social, Facebook es un lugar donde perder el tiempo. Porque es así.Hemos perdido el tiempo mucho, sobre todo cuando nos damos cuenta de que seguimos, desde nuestro perfil, a páginas de artículos que podríamos estar leyendo todos los días (como este mismo). No solo eso, sino que también es un peligro desde el punto de vista social.
El tema de saber qué están haciendo tus amigos o tus exparejas es algo peliagudo y que igual no queremos saber. Es por eso que deberíamos alejarnos todo lo que sea posible de esto. Porque espiar a tus ex no puede acabar en algo bueno.
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