Por qué no deberías comprar un pollo de súper con rayas blancas

Conviene fijarse bien en lo que compramos en el supermercado. Aunque, hay que reconocerlo, no siempre lo hacemos. Vamos como zombies por los pasillos llenando el carrito y tachando la lista de la compra. Luego, al llegar a casa, llegan las sorpresas. Sacamos lo que hemos comprado de las bolsas y no tiene el aspecto ni la pinta que habíamos esperado. Puede pasarnos con el pollo, por ejemplo, si no miramos bien lo que nos estamos llevando a casa.

No es en absoluto recomendable comprar ni comer un pollo que tenga rayas blancas en su superficie. De hecho, podría discutirse si los supermercados deberían tener a la venta estos productos. ¿Qué significan estas rayas blancas en el pollo, y por qué deberíamos evitarlas a toda costa?

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Pollo de peor calidad

Hasta hace dos años nada sabíamos acerca del potencial dañino de las rayas blancas en el pollo. Fue en 2016 cuando un estudio conjunto de la Universidad de Texas y la de Arkansas, recogido por el periódico británico The Sun, dio la voz de alarma. Se tiende a pensar que el pollo es más beneficioso para la salud que la carne roja, y así suele ser.

No obstante, todo depende de cual sea la calidad del pollo y en qué condiciones se ha criado y alimentado al animal. Así lo asegura la organización Compassion in World Farming, que persigue instaurar las buenas prácticas, saludables y ecológicas, en la ganadería. Sus estudiosos sostienen que la calidad del pollo que compramos en el supermercado se ha ido deteriorando con los años.

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Carne menos tierna

Pollo

No es raro, si nos fijamos bien, ver que los pollos presentan unas rayas blancas en medio del músculo, en la misma superficie. Posiblemente nunca nos hayamos parado a preguntarnos qué diablos será eso. Pues esas franjas de color blanco que vemos no son otra cosa que grasa, y son producto de las condiciones en que se crían a los pollos. En la ganadería industrial se procura que los pollos crezcan rápido para que estén listos pronto para su consumo, y se les engorda artificialmente para lograrlo. 

Lo que se consigue de esa forma es que el pollo se hinche más allá de lo que lo haría si creciese de forma natural. Esas marcas que vemos son concentraciones excesivas de grasas que, según los estudios de las universidades estadounidenses, afectan a la calidad de la carne y la hacen menos tierna. Lo ideal sería que el pollo no tuviese marcas y tuviese un color homogéneo. 

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Más grasa y menos proteínas

Pollo

Los investigadores de las citadas universidades aseguran haber hallado dichas marcas de color blanco en el 96% de las 285 aves analizadas. Esas marcas, se lee en el estudio, “son la señal de que el ave acabó enferma por no poder moverse, provocando una falta de masa muscular».

La ecuación que se puede establecer es simple.  A más líneas y marcas en el pollo, más hormonas habrá consumido el animal y menos pudo moverse durante su cría. Aunque los expertos aseguran que no es un riesgo para la salud, no dejan lugar a dudas a que se trata de una carne de peor calidad. Los pollos que presentan este aspecto contendrán mucha mayor cantidad de grasa y menos proteínas. 

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