El FC Barcelona y el Real Madrid protagonizaron un duelo apasionante, que acabó con victoria para los capitalinos por 1-3. A pesar de todo lo que se dijo, sobre la falta de público, la ausencia de estrellas y hasta del momento irregular de los equipos, la verdad es que ambos entregaron todo lo que tenían. Los duelos importantes llaman a jugadores importantes y en el Camp Nou algunos aparecieron en todo su esplendor para maravillar a todos los que observaron desde sus casas en el mundo entero, principalmente en el lado de los blancos sobresalieron más.
Sergio Ramos, Courtois, Fede Valverde, y tanto Modric como Lucas Vázquez, que entraron desde el banquillo, fueron cruciales para los merengues; y del lado del Barça Ansu Fati, Neto y Messi, solo en la primera parte, tuvieron buenas intervenciones. No obstante, del partido salieron varios futbolistas muy tocados por una actuación más que pobre. Sin convencer y sin aportar, los del Barcelona fueron los que peor quedaron y la derrota ha destapado las carencias que muchos ya veían. Las dudas ahora están en Cataluña y los más señalados por la derrota también.
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Coutinho vuelve a las andadas y no convence
Con la llegada de Ronald Koeman muchos de los jugadores blaugranas empezaron a levantar su nivel, entre ellos de los más destacados fue Philippe Coutinho, pero en este partido regresó el Coutinho de su primera campaña de azulgrana. El brasileño contradictoriamente apreció en juego, el problema es que todo lo hizo mal.
Sus errores fueron continuos y estorbó en el ataque más de lo que aportó; además, la más franca que tuvo el Barcelona en la segunda parte fue un cabezazo suyo e inexplicablemente lo mandó fuera. Sin el nivel apropiado, sin ser solución verdadera para sus compañeros y sin precisión, Coutinho volvió a las andadas y presentó su peor cara como en los viejos tiempos.
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Pedri ni pudo aparecer
La ilusión se levantó desde el principio del lado del Barcelona gracias a la alineación atrevida de Koeman; sin embargo, la apuesta no le salió tan bien como esperaba. Si bien Ansu Fati resaltó, la otra cara de la moneda fue un Pedri que en los papeles de la alineación estaba su nombre, pero en el campo todavía nadie sabe si apareció. Pegado en la banda derecha, el canario no pudo ser importante; además, sin retrasarse para buscar balones y sin ofrecerse como opción de ataque, casi ni se le pudo ver.
En un duelo de tanta envergadura los jugadores experimentados son necesarios y aunque algunos jóvenes dieron la cara, a otros como Pedri les pesó mucho el partido. La responsabilidad fue muy grande y para el isleño fue muy difícil surgir en un encuentro importante. Al final, no pudo aportar nada y fue sustituido algo tarde por el entrenador del Barcelona, un hecho que lo dejó más en evidencia.
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Vinicius fue el más gris del Real Madrid
Dentro del Real Madrid tanto la imagen de Zidane como de la plantilla salió muy reforzada. Aunque el partido no fue tan brillante como en otros tiempos, varios como Sergio Ramos, Valverde, Modric, Lucas Vázquez o Courtois tuvieron intervenciones destacadas que terminaron decantando todo a favor de los merengues. Sin embargo, el único punto que estuvo por debajo de un nivel aceptable fue sin duda el de Vinicius Jr.
Todo lo bueno y el esfuerzo que pusieron sus compañeros, al final contrastó mucho con la actuación del brasileño que no pudo ser determinante en ningún tramo del choque ante el Barcelona. Sus malas decisiones a la hora de hacer pases, también a la hora de encarar y al momento de colaborar en defensa, todas ellas condicionaron muchas ocasiones del Madrid. Vinicius estuvo fatal y en sus intervenciones colaboró más con la defensa del Barça que con el ataque blanco. Pese a eso, su equipo logró imponerse; pero el carioca debe mejorar mucho si de verdad quiere quedarse con el puesto en al banda izquierda.
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De Jong es el sinónimo de intrascendencia
De los futbolistas culés que peor cara mostraron ante el Real Madrid, sin duda alguna se encuentra Frenkie de Jong. El neerlandés tuvo varias similitudes con Coutinho; sin embargo lo del mediocampista es mucho más peligroso, porque definitivamente ya cayó en la intrascendencia total. Él se trató de ofrecer y de ser opción de pase, pero la pasividad de sus intervenciones y la poca emoción que le puso solo son comparables a estar en una fiesta sin música, sin comida y sin pastel.
Para De Jong fue un partido soso, porque sus pases se limitaron a los lados o hacía atrás. Ya poco o nada queda de ese gran jugador que maravilló con el Ajax, que rompía líneas con sus pases, salía jugando desde atrás y que incluso podría asomarse al área. Ahora en su lugar solo queda un especie de cruce de vías de tren dañado que solo apunta a los sitios más intrascendentes del país, donde si pasa algo es todo un milagro. Las críticas en el Barcelona siguen aumentando y con este partido lo más probable es que se multipliquen el doble.
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Busquets va de error en error
Los años pasan y al parecer ya a Sergio Busquets comienzan a pasarle factura, porque desde hace un tiempo viene mostrando un nivel deplorable y ante el Real Madrid volvió a certificar esa sensación de que su mejor época quedó muy atrás. Su aportación en el juego fue más que nula, pero de su repertorio de equivocaciones lo peor fue que cometió una buena cantidad de perdidas y desatenciones en defensa que penalizaron mucho a los suyos.
Su ausencia en su puesto durante los primeros minutos del partido propició que Piqué tuviera que abandonar su lugar para cubrirlo y allí se creó el espació para el primer gol de los blancos. Además no solo su falta de posicionamiento, pocas veces llegó a tiempo a los cortes y sumó varias perdidas que generaron mucho peligro para la portería del Barcelona. Un partido desastroso de un jugador al que Pjanic pide que le deje espacio a gritos y solo Koeman parece no escuchar.
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Lenglet y un error infantil para el Barcelona
Definitivamente el choque tuvo un protagonista indirecto y este no fue otro que el responsable de cometer el penalti que cambió todo: Clement Lenglet. Cierto es que el defensor francés no hizo un partido nefasto, pero desde el primer tiempo estuvo al borde de unas faltas mas que discutibles en el área que invitaban a pensar que se estaba arriesgando de más. En total estuvo en tres posibles penaltis en contra de Sergio Ramos, pero es que el tercero fue tan clamoroso, que al revisarlo el principal Martínez Munuera no le quedó más opción que pitar la pena máxima.
Tras un jalón y una zancadilla que no fueron juzgadas, la tercera fue la vencida. El árbitro advirtió durante todos los corners que nada de agarrones, menos ahora que el VAR lo puede ver todo; pero como si se lo dijeran a la pared, Lenglet no hizo caso y volvió a jalar al camero. Ya se dirá que si se lanzó a otro lado o que se tiró segundos después, la realidad es que el jalón existió y bien dicen que guerra avisada no mata soldado y si lo hace es por descuidado. El central cometió un descuido del tamaño del Camp Nou, tanto así que desde allí se rompió el choque y el Barça se descompuso al punto de no poder atacar ni reaccionar. El partido pasó por ese error infantil y por eso Lenglet queda como el señalado de una derrota que dolerá por mucho tiempo.
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