Podemos decir que en la actualidad son muchos los tipos de leches que tenemos en el mercado a nuestra disposición. La leche es un producto que tiene muchas propiedades nutricionales. De hecho, no tenemos más que valorar que durante sus primeros meses los mamíferos se alimentan exclusivamente de la que obtienen de sus madres y gracias a ella crecen y se desarrollan saludables.
Qué es la leche
Al final, la leche no es más que sangre filtrada. Simplificando mucho el proceso, las glándulas mamarias de las hembras mamíferas absorben el riego sanguíneo. La sangre llega hasta unas estructuras que se llaman alveolos y es ahí donde se absorben los nutrientes para formar la leche.
Durante la lactancia las hembras necesitan un aporte extra de nutrientes para poder producir la suficiente cantidad de alimento que necesita su cría.
Un estudio para analizar las propiedades de las diferentes leches
En el año 2014, en Bélgica los investigadores del Instituto para la Investigación de Agricultura y Piscifactorías y de la Agencia Federal para la Seguridad de la Cadena alimentaria, W. L. Claeys, C. Verraes, S. Cardoen, elaboraron un estudio en el que trataron de analizar las propiedades que las leches de las diferentes especies animales tienen en nuestra nutrición. Destacaron que tras la leche de vaca que representa el 85% del total de la producción mundial, le sigue la de búfala (11%), la de cabra (2,3%), oveja (1,4%) y de camello (0,2%)
Estos investigadores llegaron algunas conclusiones como que la leche de las especies rumiantes contienen menor contenido en lactosa, que es el azúcar específico de la leche (a la que mucha gente es intolerante) que el de otras especies animales.Sin embargo, tienen más cantidad de caseína, la proteína más común en este producto y de grasa y en general son ricas en vitaminas.
La leche de vaca una ganadora a la baja
Lo que está claro es que en nuestro consumo habitual como humanos la leche de vaca se ha impuesto al resto de por goleada. Apenas tomamos otro tipo como son las de oveja y la de cabra.
Otro dato evidente es que cada vez se consume menos. De hecho, en la actualidad se consume un 30% menos que en el año 2000. Pero aún así continúa siendo un producto básico en la alimentación.
La de vaca
Podemos decir que la leche de vaca es un alimento completo y equilibrado. Su proteína, tras la del huevo, es la que tiene mayor valor biológico. Tiene un 3,7% de grasas siendo dos tercios de ellas grasas saturadas. También nos aporta hidratos de carbono, especialmente en forma de lactosa, además de calcio, magnesio, fósforo, zinc y otros minerales y vitaminas del grupo B y D. En España lo que más se consume la semidesnatada.
La sin lactosa está recomendada para aquellas personas que sufren intolerancia a este azúcar. El problema de estas personas es que tiene un déficit de lactasa, que es una enzima que se encarga de descomponer la lactosa para que el intestino pueda absorberla. Podemos decir que se calcula que entre el 20 y el 40% de la población española padece este problema según la Fundación Española del Aparato Digestivo.
La leche de cabra
Unos investigadores, en este caso de la Universidad de Granada, se han dedicado a estudiar la de cabra y han llegado a la conclusión de que puede considerarse como “un alimento natural funcional” cuyo consumo tiene que ser potenciado entre la población general. Esta leche sería especialmente interesante para «las personas con alergia, intolerancia a la leche de vaca, problemas de mala absorción, colesterol elevado, anemia, osteoporosis o tratamientos prolongados con suplementos de hierro».
Especialmente las personas que padezcan una afección cómo es la anemia serán beneficiadas por el consumo de este tipo de leche, que tiene una mayor disponibilidad de hierro pero también de calcio, fósforo y magnesio por lo que contribuye a prevenir la anemia ferropénica y la desmineralización ósea.
La de cabra es la más parecida a la leche materna
En general, la de cabra tiene una composición similar a la de la leche materna, teniendo contenidos menores de caseína de tipo alfa 1 al igual que está. Lo que lleva a que sea utilizada cómo base en la elaboración de las leches maternizadas. Se trata de una leche hipoalergénica que resulta ideal para los bebés, pero también para las personas que tienen alergia a la de vaca.
Otra de las características de la leche de cabras es que tienen entre un 30 y un 40% menos de colesterol que la leche de vaca y una mayor concentración de omega 6, con lo cual contribuye a protegernos de las afecciones cardiovasculares. En cuanto a sus propiedades podemos decir que es más blanca, más ácida y un poco más espesa que la leche de vaca.
La de oveja
La leche de oveja es la que tiene menor cantidad de agua, un 82 % frente al 87% que tienen la leche de vaca o la de cabra, con lo cual presenta una mayor cantidad de otros componentes. También es la que tiene un mayor valor energético, 94 kilocalorías frente a las 62 de la leche de vaca y la 66 de la leche de cabra.
La leche de oveja se caracteriza por tener una gran cantidad de calcio, de hecho podemos decir que tiene un 80% más que la leche de vaca. Muchas veces consumimos leche de vaca enriquecida con calcio, cuando tenemos a nuestra disposición la leche de oveja que lleva este componente de modo natural. Pero además tiene otros ingredientes fundamentales para nuestra salud como el sodio, magnesio, hierro, yodo y fósforo y es rica en vitaminas como la ve B7 la B3, A, B, C, D, E y K
Aunque también tenemos que destacar como factor negativo que su precio es el más caro del mercado.
Otras leches del mercado
La leche de soja es una bebida vegetal que está especialmente indicada para las personas alérgicas a la proteína de la leche de vaca o con intolerancia a algunos de sus componentes y también para las personas veganas. Es un producto menos completo desde el punto de vista nutricional.
Otro tipo de bebidas vegetales son la leche de avena, de arroz o de almendras que son alternativas para las personas vegetarianas o para las personas que tienen intolerancias. Este tipo de bebidas tienen proteínas de valor biológico inferior al de la soja y es preferible que estén enriquecidas principalmente con vitamina D, calcio y B12 . La leche de arroz puede ser muy útil en el caso de problemas gastrointestinales como la diarrea por su capacidad astringente.
