Efectivos del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria realizan el primer descenso

Efectivos del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria han realizado el primer descenso oficial a la Sima de Jinámar, en Telde, con el que se abre el camino al primer sondeo arqueológico de la historia de este emblemático tubo volcánico de la isla.

Este primer descenso ha estado encabezado por el bombero Ismael Pitti con el fin de elaborar un diagnóstico de riesgos y seguridad, paso previo a la formación que recibirá el arqueólogo Xabier Velasco para que pueda descender al fondo del tubo volcánico y acometer el primer sondeo arqueológico con el fin de «llegar lo más lejos posible en cuanto a la recuperación de los restos humanos que alberga este impresionante accidente geológico», según informó el Cabildo grancanario en nota de prensa.

Al respecto, el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, que ha estado presente, espera que esto sirva como «lección histórica para los hombres y mujeres del futuro, para que sea el diálogo, el consenso y la democracia lo que marque el camino para construir el futuro, y no el odio y la violencia».

El bombero Ismael Pitti, que ha encabezado el operativo que comenzó a trabajar a primera hora, informó a su salida de la Sima que lo primero que encontró fueron «joyas, fotos y una maleta con recuerdos y juguetes de niños», así como cadenas prendidas de las paredes, aparte de residuos y animales muertos.

En cuanto al descenso apuntó que «fue seguro, con diez anclajes con capacidad para soportar 2.200 kilos de peso cada uno sobre roca basáltica muy estable», para agregar que a la mitad del tubo se pierde la luz natural y en la base, de unos 40 metros cuadrados, hay buen nivel de oxígeno (20,5), temperatura constante de 19 grados y alta humedad, señalando que «no detectó gases en ningún momento».

El sedimento es producto del arrastre de la lluvia, ocupa sobre todo la pendiente del último tercio, donde el tubo deja de ser totalmente vertical y en el fondo está colmatado pero no tan solidificado como para que no pueda ser removido, algo que competerá al arqueólogo Xabier Velasco.

Por otra parte, se expuso que los trabajos realizados se han hecho atendiendo a los criterios que marca la Unesco, de tal forma que los anclajes y cualquier material utilizado fue retirado por el último bombero que ascendió y, comprobadas las condiciones del espacio, se abre la puerta a la ansiada expedición arqueológica para retirar el sedimento aunque no se sabe cuántos metros de altura ha alcanzado en los últimos 80 años, mucho menos desde que fueron arrojados 13 frailes franciscanos allá por 1400.

SIMAS

Las simas son profundos pozos formados a partir de una fisura o grieta que suele comunicar la superficie con corrientes o cavernas subterráneas; en el caso de Jinámar está formada por una emisión volcánica que irrumpió en una bolsa de agua cuyo vapor generó la oquedad, goza de la máxima protección desde que en 1996 fue declarada Bien de Interés Cultural como Sitio Histórico.

Así, esta es una chimenea volcánica de 80 metros de profundidad de gran interés geológico y entomológico que enlaza la superficie con las entrañas de la tierra y conecta el remoto pasado Gran Canaria con su legado histórico más reciente. La tercera conexión, la que aún permanece en la memoria colectiva y que resulta una de las más intrigantes, la que lo une al mar, ha sido sin embargo descargada por los geólogos.

Respecto a las primeras referencias del lugar están recogidas en fuentes etnohistóricas, es decir, crónicas y relatos, además de varios autores que sitúan el primer episodio de lanzamiento de personas en 1393, cuando los isleños arrojaron a la Sima a trece frailes franciscanos mallorquines acusados de connivencia con las continuas agresiones de los navegantes europeos, así como porque observaban que no les faltaba alimento mientras la población pasaba hambruna.

Juan de Abreu Galindo, franciscano andaluz, fue quien introdujo la leyenda de que el tubo volcánico comunicaba con el mar. Posteriormente, en el siglo XIX, Gregorio Chil y Naranjo explica que con tiempo sereno y aprovechando la pleamar puso el oído en los bordes del tubo para descubrir si desde el fondo subía algún murmullo que le indicase la entrada del mar en aquellas profundidades, sin embargo apuntó que «ni el menor indicio de ello» ha percibido en las varias veces que ha repetido la experiencia.

Por último, señalan que la Sima de Jinámar también ha sido protagonista de una de las páginas más negras de la historia reciente de Canarias, ya que «sirvió como lugar para el asesinato extrajudicial y arrojo de un indeterminado número de personas durante la represión que siguió a la sublevación militar del 18 de julio de 1936 y que básicamente tuvo como objetivos a dirigentes sindicales y afiliados de las organizaciones republicanas».

Añaden que muestra de ello son los restos humanos recuperados de la Sima de Jinámar en distintos momentos custodiados en el Museo Canario, entre ellos un frontal con el impacto de un disparo, así como trabajos de investigación.

Sin embargo, se desconoce los restos de cuántas personas contiene el tubo volcánico.