En ‘La Promesa’, los objetos también parecen hablar. Y el retrato de Cruz ha conseguido desestabilizar a todos los que habitan el palacio, desde los señores hasta el último miembro del servicio. El capítulo 648 de ‘La Promesa’ marca un momento clave en la historia.
La simple presencia del retrato ha generado una incomodidad creciente. Un retrato colgado en la pared que no solo muestra a la marquesa, sino que revive heridas, tensiones y viejos recuerdos. Hasta que alguien decide acabar con él. La destrucción del cuadro de Cruz no es un hecho menor. Representa una liberación para muchos, pero también deja preguntas abiertas.
1Un cuadro que lo cambia todo en ‘La Promesa’

La llegada del cuadro marcó una alteración en la rutina de ‘La Promesa’. Aunque no es más que una pintura, el ambiente se tornó tenso, cambió por completo desde que la obra entró en el palacio. Petra fue de las primeras en sentirse afectada. Su historia con Cruz es larga y compleja, y su reacción evidenció que se removía por dentro. También Alonso se mostró afectado por tal obsequio.
El cuadro se convirtió rápidamente en un símbolo incómodo para todos dentro de ‘La Promesa’. Lejos de rendir homenaje a la marquesa y su lugar dentro del palacio, parece una presencia vigilante, como si Cruz no hubiera desaparecido nunca. El servicio lo comenta entre susurros, y los señores evitan mirarlo de frente. Pero habrá más situaciones hoy en ‘La Promesa’, te contamos a continuación.