No solo celos: estos son los riesgos reales de las relaciones abiertas

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Las relaciones abiertas cada vez están más a la orden del día. De hecho, han pasado de ser prácticamente una excentricidad del gusto de muy pocos a una práctica cada vez más extendida. Por regla general, es la gente más joven quien decide mantener comportamientos de esta índole, pero su éxito parece estar contagiándose, poco a poco, a todo tipo de generaciones. ¿Serán así las relaciones de pareja en el futuro, al menos en una gran medida?

Está claro que cada persona (o personas) es capaz de entender y experimentar el amor libremente, de la forma que mejor le parezca, y que las relaciones abiertas pueden tener muchas ventajas a la hora de adaptarse a la sociedad actual pero, ¿tienen inconvenientes? Como prácticamente todo en esta vida, es inevitable decir que sí. Y no, no hablamos solo de los habituales celos que pueden provocar, como veremos a lo largo de este artículo.

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Relaciones abiertas, ¿hay vuelta atrás?

Un problema sin soluciones aparentes

Otro peligro que no es baladí al referirnos a relaciones abiertas pasa por los arrepentimientos. No tanto cuando se está con alguien ajeno a la pareja (se entiende que eso debe pasar en estos casos), sino en cuanto a la relación en sí. O dicho de otra forma: una vez se acuerda con una mujer o con un hombre que hay libertad para conocer o estar puntualmente con otros, ¿cabe la posibilidad de volver atrás?

Lo más habitual es que la respuesta sea negativa. Por ese motivo, es conveniente pensar muy bien las ventajas y los inconvenientes de las relaciones abiertas antes de proponer o aceptar algo así a la otra persona.