Más de 20 lesionados y varios jugadores que están guardados entre algodones son uno de los temas más discutidos del mundial que está por arrancar la próxima semana. Son nombres tan importantes para la competición como el francés N`Golo Kanté o el senegales Sadio Mané, España de hecho no puede contar con Sergi Roberto. Es la consecuencia más evidente de la demencial fecha que ha elegido la FIFA para celebrar el torneo con tal de poder cerrar el trato con Qatar.
Es un goteo que además se ha ido notando en como los jugadores actúan en el campo, o que directamente se han quedado en la banca últimamente para evitar riesgos, lo que parece ser el caso de iconos como Benzema o el propio Messi que dejó de jugar el último partido del PSG por molestias no explicadas. Son casos evidentes que muestran como las lesiones recientes han ido generando miedo en los jugadores, por lo que la fecha ha hecho un daño importante tanto a la competición de selecciones como las locales.
EL GOTEO DE LESIONES
Lo cierto es que los jugadores lesionados han ido sumando nombres desde mediados del año. Casos como el de Pogba, que deja a Francia con un problema en su medio campo, pero que se sabía desde el verano, o el de Mané, que directamente deja a Senegal como una de los equipos más débiles del torneo al no tener tiempo para hacer un plan B son extremos opuestos, pero igual de importantes.
Lo cierto es que esto además puede influir en los espectadores. Ya de por sí al realizarse en invierno el mundial tiene que competir con competiciones con las que no suele competir por audiencia, en particular en Estados Unidos que sigue siendo tierra prometida para la FIFA. Allí ahora tendrán que competir por la atención de espectadores que seguramente estarán más preocupados por los resultados de los Warriors en la NBA o las nuevas hazañas de Tom Brady en la NFL.
Estrellas como los alemanes Marco Reus o Timo Werner ponían ojos en las pantallas y a estos hay que sumarle los nombres que no harán acto de presencia por qué su selección simplemente no clasifico. Allí destacan Erling Halaand y Moh Salah, dos de los jugadores más conocidos de la liga más popular en el planeta que no pudieron llevar a sus selecciones hasta Qatar.
UN MUNDIAL CONTROVERSIAL
Aún antes de las lesiones y la epidemia de «mundialitis» lo cierto es que el mundial de Qatar es la edición más controversial de lo que va de siglo. Las violaciones de derechos humanos en la construcción de los estadios, la persecución a ciudadanos LGTBQ+ y los códigos de conducta exigidos a las mujeres han sido la comidilla de los críticos de la FIFA de los últimos meses y años y con razón.
El tema ha llegado al punto en que el expresidente de la Federación Joseph Blatter y el expresidente de la UEFA Michel Platini parecen estar intercambiando culpas del tema los últimos meses. Lo cierto es que ya varias selecciones han decidido protestar en el campo desde tapando algunos símbolos de su camisa hasta jugando con una banda de capitán con la bandera del colectivo LGTBQ, España no se ha unido a las protestas.
Son una serie de normas que al menos un escándalo causaran durante el mes que dure el evento. Lo cierto es que son puntos a tomar en cuenta, pues Qatar no es la última dictadura religiosa que quiere hospedar un mundial. Entre las candidaturas de 2030 se encuentra una conjunta entre Arabia Saudita, Turquia y Grecia, y pasando de largo lo que esto dice de la democracia griega no deja de ser preocupante al ver que la decisión sigue en manos de la federación que le dio el evento a Rusia y Qatar.
