El problema laboral de los jóvenes: una formación que no se adapta al mercado

La situación laboral en España está en uno de sus peores momentos. Oportunidades laborales con sueldos ínfimos, un mercado que no oferta empleos y situaciones cada vez más precarias que hace que sea insostenible la economía de la familias. Los jóvenes son los que más sufren el nefasto estado en el que se encuentra el mercado laboral, aceptando con los ojos cerrados la primera oportunidad que se les brinda sin capacidad de analizar sus condiciones y los beneficios que tendrá dicho trabajo para su futuro. Cada vez son más los jóvenes que acaban cayendo en depresión tras meses y meses de entrevistas que no llegan nunca a buen puerto, hasta el punto de tirar la toalla y renunciar a sus sueños.

El requisito de experiencia previa, una cantidad infame de estudios e idiomas que solicitan las empresas, la poca oferta de trabajo y sueldos que no se adecuan a las exigencias laborales son los principales problemas a los que tienen que hacer frente día a día aquellos que quieren labrarse un futuro en el sector. Aún así, hay una serie de trabas de las que nadie habla y que perjudica a la búsqueda activa de empleo, poniendo más piedras en el camino para los más inexpertos.

UNA FORMACIÓN DESVINCULADA AL MUNDO LABORAL

Laboral

Parte de la responsabilidad la tiene la educación que lleva años anticuada repitiendo los mismos libros de texto y los mismos conceptos que no aportan conocimiento real a los estudiantes. La mayoría de alumnos que terminan un título universitario se enfrentan a la inmensidad de la vida laboral con conocimientos casi nulos del funcionamiento interno de las empresas y sin la posibilidad de aportar un valor añadido allí donde vaya. De hecho, las empresas suelen decantarse por perfiles con experiencia previa, para evitar formar de cero a un nuevo empleado, asegurándose de que desde el primer día estén capacitados para desarrollar las labores de la empresa al pie de la letra y sin fallos.

Esto se traduce a que los recién graduados se ven obligados a coger unas prácticas en las que una empresa les enseña de cero, formándoles y aprendiendo la realidad de su sector y su profesión. Los títulos han pasado a ser papel mojado o un simple requisito que debes cumplir para no quedarte en casa mirando las musarañas, cuando décadas atrás el simple hecho de tener un título superior era sinónimo de empleo y de preparación para el mundo laboral. Una de las medidas que más exigen a nivel educativo es una renovación profunda para erradicar una oferta desvinculada del mercado laboral.

DESPEDIR A LOS ‘NOVATOS’ ES MÁS BARATO

Tipos Despidos Laborales

Los jóvenes no son responsables de los despidos descontrolados que las empresas realizan cada año, sino que se debe a que los costes de despidos son ínfimos. Principalmente la tasa de despido de un empleado que lleve menos de un año o que esté en periodo de prueba es insignificante en comparación a un alto directivo o un jefe que lleva dedicándose en cuerpo y alma durante 20 años. Lo que significa que si la empresa tiene que recortar por algún lado, la cabeza de turco será el recién llegado, el que acaba de aterrizar en la empresa y que su despido saldrá a coste cero.

Todo esto sumado a todas las patologías que presenta el mercado español. Y no solo a nivel empresarial, sino que las leyes que en principio deberían salvaguardar a los empleados e impulsar la creación de empleo, lleva años cogiendo polvo sin sufrir modificaciones trascendentales. Múltiples expertos del sector económico afirman que el quid de la cuestión no es la reforma del modelo de contratación. Se ha demostrado en las últimas décadas que las modificaciones laborales buscando incentivar a los magnates a contratar a personal no tienen repercusión directa en el empleo juvenil, siendo un modelo ineficaz e infructuoso.

Otro punto que está en el centro de la diana, es la pasividad laboral que presenta el mercado español. La compensación monetaria es el requisito número uno para la creación de empleo y para sostener la economía nacional, sin embargo, a diferencia de otros mercados internacionales, no se acostumbra a reforzar dicho intercambio económico con otros incentivos como puede ser el educativo o formativo. Un punto que supondría un cambio estructural en el sector laboral, dando la opción a los graduados de primer año, no solo evitar hacer prácticas con compensaciones ridículas, sino a seguir aumentando sus aptitudes sin tener que dejar de trabajar y crear, por parte de la empresa, posibles perfiles que conozcan los entresijos y con potencial de ocupar altos cargos.