Cuando uno piensa en parques y jardines de Madrid, es natural que le vengan a la cabeza sitios como El Retiro, los Jardines de Sabatini o incluso El Capricho. Al fin y al cabo son lugares visitados cada años por millones de madrileños y de turistas, que los abarrotan especialmente cada vez que asoma el buen tiempo. No obstante, la capital de España esconde también muchos otros rincones, verdes y secretos, mucho menos populares pero que también resultan interesantes.
Primero de todo, por eso mismo, no están tan saturados de gente. Y además, pese a que muchas veces sus dimensiones son limitadas, esconden historias y leyendas que resultan divertidas e interesantes de conocer. En este artículo repasamos algunos de ellos.
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Jardín del Museo Sorolla
Joaquín Sorolla fue, sin duda, uno de los artistas más prolíficos del siglo XIX español, así como uno de los mayores exponentes del impresionismo de su época. Por eso es natural que cuente con un cuidado e interesante museo en Madrid, como así sucede. Pero en esta ocasión no vamos a referirnos a sus obras, ni siquiera a las que pueden visitarse en la que fuese vivienda y lugar de trabajo del valenciano, sino del relajante jardín que se esconde en ella.
Se trata de un lugar que merece la atención de todos aquellos que se dejen caer por el museo, y un complemento perfecto para la visita. Como muchos otros jardines destacados en este artículo no es muy grande, pero su estilo árabe y su ubicación privilegiado lo convierten en espacio increíble.
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Jardín del Palacio de Linares
El Palacio de Linares, actualmente Casa de América, es un lugar repleto de misterio, como seguramente sepan todos los aficionados a las leyendas madrileñas y a los cuentos relacionados con fantasmas. No vamos a extendernos en los infortunios de la pequeña Raimundita y su supuesto espectro, pero sí diremos que el jardín del palacio parece también impregnado de una atmósfera especial, más aún en las calurosas noches de verano.
Aunque cuenta con una terraza, puede visitarse, y es un lugar genial para tomar algo. Un escondite perfecto para escapar durante un rato del estrés del centro de la capital.
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Jardín del Museo Reina Sofía
No son pocos los museos de la capital que cuentan también con leyendas. Casos conocidos son los del propio Museo del Prado y, más aún, el del Reina Sofía. Es natural tratándose de edificios antiguos que han dado cobijo a todo tipo de historias. Pero precisamente también por eso son capaces de esconder rincones que no está de más visitar si se va gozar con el arte.
En el caso del Museo Reina Sofía, mención especial merece su jardín, bonito, cuidado, y casi siempre vacío. Sus fuentes parecen sugerir un momento de reflexión en el mismo corazón del edificio que en su día fue un célebre hospital.
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Jardín del Museo Lope de Vega
Este caso es francamente similar al que hemos comentado del pintor Joaquín Sorolla. Actualmente el lugar en el que vivía nada más y nada menos que Lope de Vega en una casa museo inspirada en el escritor. Su principal atractivo, probablemente, consiste en ver cómo era la sociedad en época del dramaturgo, puesto que en el interior del domicilio da la sensación de que el tiempo se hubiese detenido hace mucho.
Dicho lo cual, tampoco se puede olvidar su jardín que, como sucede con el Museo Sorolla, es pequeño, pero realmente hermoso y relajante. Sorprende encontrarse algo así en pleno corazón de Madrid.
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Jardín de Atocha
En este caso no se puede decir que se trate de un lugar desconocido, ni mucho menos un sitio poco transitado. La estación de Atocha, al contrario, es uno de los puntos por los que más gente, madrileños y viajeros en general, deambula cada día de toda la capital. Pero es complicado tratar un tema como son los jardines peculiares de Madrid sin detenerse, al menos un instante, en su exótica propuesta.
Este jardín tropical, además de por su gran variedad de árboles y plantas, se ha hecho además célebre por la cantidad de tortugas, mascotas olvidadas, que lo habitan desde hace ya bastante tiempo.
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La Quinta de los Molinos
El caso de este parque, porque así debe considerarse más que jardín, es uno de los más singulares de todo Madrid. Principalmente porque se levanta en un sitio de lo más famoso, en plena calle de Alcalá, y además su colección de almendros resulta espectacular cuando estos florecen.
Pero aún así, es una de las zonas verdes más injustamente olvidadas. Nuestra recomendación, no obstante, es que siempre que se tenga ocasión se haga una visita a este sitio, porque merece mucho la pena.
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