Después de días, semanas, meses, o incluso años de trabajo duro y sin pausa, somos merecedores de pequeños premios. Esos premios, nos permiten relajarnos y olvidarnos por un momento de todos los problemas que han llegado a nuestra vida. En este caso, unas manos mágicas nos pueden llevar del infierno al cielo, permitiéndonos desatar todos los nudos que tensan nuestra vida. Las manos de los masajistas, deberían ser sagradas, pues con su tacto y movimiento, no solo relajan todo nuestro cuerpo, también nos permite entrar en un espacio de confianza.
¡Pausa! ¿Qué tanta confianza puedes tener con tu masajista? Te aseguramos que, con los masajistas, la confianza es necesaria, pero un exceso de ella puede ser perjudicial. Entre sus servicios, es inevitable el contacto físico, lo que a veces puede ser un problema. Algunos clientes que acuden a los masajistas; gracias a ese contacto, se sienten en mucha confianza, no logran controlar sus instintos y causan problemas o situaciones incómodas, que a ninguno de los trabajadores les agrada.
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10Le suceden a los masajistas, es normal, son reacciones instintivas
En conclusión, sabemos que es normal, es natural que las personas se relajen tanto, en las sesiones de masajes, que terminan dejando fluir el cuerpo a sus estados más instintivos. Toda la piel es erógena, por lo tanto, todo contacto físico puede causar placer.
Lo único que debes recordar, es respetar a la persona que te está dando el masaje, y no dejarte llevar tanto por tus instintos. Para que quedes más tranquilo, y puedas disfrutar del servicio de los masajistas, te dejamos una anécdota final, de uno de los masajistas: “sonrío cuando mis clientes gimen y hacen ruidos mientras deshago sus nudos”.





