El verano es tiempo de cremas o sopas frías, helados, ensaladas… pero continuamos con las costumbres y caprichos irresistibles de todo el año en forma de hamburguesas o pizzas, que es de lo más socorrido y además delicioso. Son recetas fáciles y versátiles, eligiendo los ingredientes a tu gusto. Pero hay dos claves fundamentales: la masa y la salsa que va a llevar. Pues hoy te contamos cómo conseguir una pizza perfecta elaborando una salsa igualmente perfecta. De hecho, te dará ese plus con el que triunfarás ante tus invitados y familia.
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LA PIZZA NO ES SOLO LA MASA Y LOS INGREDIENTES
Tendemos a centrarnos en el grosor de la masa, si lleva más de esto o de aquello, si añado este ingrediente a ver cómo queda, etc. Pero ¿y la salsa? Solemos dar por hecho una de bote y listo, la típica de tomate, porque al fin y al cabo va a quedar igual de rica. Desde luego muy mal habría que hacer una pizza para que no quede rica, es una de sus ventajas, pero ya puestos, y con lo pizzera que es España y casi el resto del mundo, por qué no esmerarnos y realizar una de diez, sobre todo si traemos invitados o tenemos una comida o cena en familia para disfrutar juntos de este plato universal. Pues veamos cómo y como verás, la salsa es la clave.
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LO PRIMERO, ESO SÍ, QUE SEA CASERA
Efectivamente, la intención es que todo sea natural y casero, hecho por ti. Es otra de las claves para la mejor pizza, alejándonos de las precocinadas y preparadas para calentar y listo. Pero además, si añades la salsa y la forma de hacerla que te vamos a indicar, conseguirás una pizza digna del mejor restaurante italiano.
Y por supuesto, para los ingredientes usa tu imaginación, aunque si quieres hacer la pizza más tradicional y sencilla solo tendrás que acudir a tu despensa porque seguro que tienes tomate y queso. Pero vamos con lo que nos interesa, que es la salsa, no si antes proponerte todos los ingredientes.
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QUÉ LLEVA LA MEJOR SALSA PARA UNA PIZZA DE DIEZ
Toma buena nota porque podría ser una pizza tipo de lo más «sencilla» o bien otra más compleja en ingredientes, pero la la salsa llevaría lo siguiente:
400 gramos de tomate natural triturado.
Una cebolla rallada.
Dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
Dos dientes de ajo picados.
Dos cucharadas de vinagre balsámico.
Media cucharadita de sal.
Una pizca de pimienta.
Media cucharadita de azúcar.
Una hoja de laurel.
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CÓMO PREPARARLA PARA QUE QUEDE PERFECTA
Vamos paso a paso, es decir, te indicaremos el toque maestro de la salsa en el orden adecuado, al margen del proceso de hacer la pizza. Lo primero es lo primero y sería pelar la cebolla y cortarla en trozos finos, haciendo lo mismo con los ajos. Ya la salsa va siendo protagonista desde el principio, porque estos dos ingredientes formarán parte de ella como base.
Ahora toca sofreír la cebolla y el ajo en una sartén durante no más de un minuto, añadiendo la hora de laurel. Removemos bien para que no se queme nada y que todos los sabores se mezclen.
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LOS SIGUIENTES PASOS
Para ello ya echaríamos mano del resto de ingredientes: los añadimos junto con una pizca de albahaca y otra de orégano (las especias son fundamentales), la media cucharadita de azúcar, el vinagre balsámico y por supuesto el tomate. El azúcar tiene una misión vital porque con él compensamos el ácido del tomate y del vinagre. Ponemos todo a fuego lento y tapamos el recipiente para que se cocine bien a fuego lento, otro de los puntos clave, añadiendo la sal al gusto. En unos 30 minutos debería de estar.
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LOS PASOS FINALES
Y como ves sin apenas esfuerzo ni nada especial, solo cuatro detalles. Cuando esté cocinado todo, trituramos con una batidora hasta que quede como un puré fino, que es como tiene que quedar la salsa perfecta para una pizza al mismo nivel. Eso sí, a veces se prefiere dejar tropezones porque parece más natural o por el gusto al comerla con esa sensación. Otros, en cambio, le gusta tan fina que la pasan incluso por un colador, con lo que quedaría más bien líquida. Va a gustos.
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PUEDES HACER MÁS SALSA Y GUARDAR
No sólo para la pizza sino para cualquier otra receta. Ya sabes que la salsa de tomate natural y perfecta como esta queda genial en mil guisos y platos, y por supuesto en el otro gran abanderado de la cocina italiana aparte de la pizza: la pasta. Es una forma además de ahorrar y aprovechar lo que sobra. De todas formas lo mejor si no la vas a usar a muy corto plazo es guardarla en el congelador en cubitos de hielo.
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OTRAS TRES OPCIONES DE SALSA PARA TU PIZZA A TENER EN CUENTA
Te hemos dado la clave de la mejor pizza esmerándonos bien en hacer la mejor salsa posible, y al mismo tiempo la más tradicional, que es la de pomodoro o tomate. Sin embargo, puedes ser de los que prefieres en tu pizza otras salsas. Pues sin entrar en detalles te adelantamos otras tres opciones: podrías hacer una salsa blanca elaborada a base de leche, queso parmesano, cebolla y ajo; o bien una cheddar, para los más queseros, con queso cheddar, queso de untar (de sabor muy suave), leche, mantequilla sin sal, maicena, sal y pimienta; o la famosa salsa barbacoa, tan recurrente en carnes pero cada vez más popular en la pizza, con pimiento verde, pimiento morrón, cebolleta, ajo, kétchup, orégano, pimentón picante, salsa de soja, harina de maíz, sal, pimienta y un poquito de vinagre. ¿Cuál prefieres?
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