Cuando se trata de beber alcohol y coger el coche, la recomendación es clara: evitar en la medida de lo posible ponerse delante del volante. No solo porque estando ebrio aumentan las posibilidades de sufrir un accidente, y poner así en peligro a propios y ajenos, sino también por el riesgo de cargar con una multa.
Continúa leyendo para descubrir cuándo se da positivo en un control de alcoholemia y cuáles pueden ser las consecuencias para el bolsillo.
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¿Cuáles son los límites permitidos?
La Dirección General de Tráfico (DGT) se ha propuesto terminar de forma significativa con los accidentes de tráfico, y para ello una de sus principales medidas pasa por ser cada vez más inflexible en lo referente a consumir alcohol cuando se va a conducir.
Actualmente los límites establecidos para los conductores son del 0,5 gr/l para los conductores en general, y del 0,3 gr/l cuando se trata de noveles o profesionales. Unas restricciones que no pueden superarse en ningún caso.
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¿Cómo se calcula el grado de alcoholemia?
Tal y como explica la propia DGT, el nivel de alcoholemia de los conductores se calcula al dividir la cantidad de alcohol consumida (que varía en función de cada tipo de bebida) por el peso de la persona, multiplicándose después por 0,7 o 0,6 en función de si se trata de un hombre o una mujer.
¿Por qué esto último? La explicación se debe a que, al parecer, el grado de tolerancia al alcohol es más alta en el caso de los varones.
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¿Cuántas cervezas pueden tomarse?
Si vas a conducir, el margen para beber es realmente bajo, aunque, como veremos más adelante, puede variar sensiblemente dependiendo de cada caso concreto. Por regla general, no obstante, los hombres podrían beber en torno a una jarra y media de cerveza antes de dar positivo (con dos, ya podrían superar los límites permitidos).
En el caso de las mujeres, en cambio, en muchos casos una sola jarra de cerveza podría ser suficiente para arriesgarse a sufrir una multa.
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No es una ciencia exacta
Como hemos comentado anteriormente, la DGT avisa de que el hecho de dar positivo en un control de alcoholemia no es una ciencia exacta. Es decir, una persona puede dar positivo habiendo bebido lo mismo que otra que, al revés, quizá no diese positivo. Por ejemplo, el peso de cada individuo es uno de los factores que más influye.
Cuantos más kilos tenga la persona, mayor tolerancia tendrá a la hora de consumir alcohol. Tal vez un hombre de menos de setenta kilos podría sobrepasar el límite con poco más que una jarra, mientras que para alguien de más de ochenta kilos, sería con el doble. Aún así, tampoco se trata de una regla que se cumpla siempre, por lo que lo más aconsejable siempre es no jugársela y no beber nada si se va a llevar un vehículo.
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El estómago vacío
La DGT siempre hace estos cálculos de los que os hemos hablado con personas en ayunas. Cuando por el contrario se bebe con el estómago lleno, los resultados también pueden variar.
Cualquiera que haya alternado con bebidas alcohólicas sin duda sabrá que este causa mucho más efecto (y también resaca al día siguiente, si uno se excede) cuando no se ha desayuno, comido o cenado con cierta abundancia.
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Mezclar sustancias
Es lógico pensar que al mezclar alcohol con drogas y sustancias similares, los riesgos de accidente y de sufrir una multa aumentan, como sucede habitualmente. Pero hay ocasiones en las que no tiene por qué tratarse de algo ilegal para padecer las mismas consecuencias.
Dicho de otro modo: cuidado si estás tomando algunos medicamentos, sin ir más lejos, porque estos pueden potenciar la reacción que produce el alcohol en el organismo, en todos los sentidos.
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Falsos mitos para evitar dar positivo
Hace mucho tiempo, desde que la DGT comenzó a ser más inflexible con sus normas, que existen muchos mitos acerca de cómo evitar dar positivo en un control de alcoholemia y, por lo tanto, de cargar con una multa. Pero por lo general no suelen ser ciertos, así que cuidado con confiar tu suerte a ellos.
SI has escuchado decir que bebiendo agua, mascando granos de café, chupando caramelos o chicles de diversos tipos o fumando se camufla el alcohol consumido, no te lo creas, porque, al menos según la DGT, estas acciones no alteran en absoluto los resultados a la hora de hacer un control de alcoholemia.
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Tiempo de espera
Una de las cuestiones que se hacen muchos conductores que beben con mayor o menos frecuencia es la siguiente: ¿cuánto tiempo es necesario esperar hasta dejar de dar positivo en un control? De nuevo, depende de cada caso concreto, pero por lo general son necesarias más de seis o siete horas, como poco, para que el grado de alcohol en sangre vaya disminuyendo.
Por el contrario, el alcohol se detecta en la sangre nada más haberlo tomado.
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Otros factores
La DGT reconoce que existen muchas cosas que pueden afectar a una persona delante del volante, más allá de la cantidad de alcohol que haya tomado (lo cual no quita, claro, que esto sea lo más importante). Sin ir más lejos, el cansancio, el sueño o la fatiga de un conductor puede ser un factor peligroso, al margen de que haya bebido más o menos.
Lo mismo sucede con el tipo de alcohol que se toma, puesto que no afecta igual por ejemplo la cerveza que el vino, por no hablar de alternativas más fuertes.
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Beber con prisas
Uno de los aspectos que más provocan un aumento de alcohol en sangre (una borrachera, para entendernos), está relacionado con lo rápido que este se consume, tal y como recalca la DGT. Más aún si se trata de bebidas con una graduación alta.
Pero ojo, eso no quiere decir que, si se bebe de forma pausada, espaciando mucho la ingesta, esto evite dar positivo en un control, se detecta igual.
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