Marruecos espera que otros países sigan la línea de España y salgan de la «zona de confort»

El ministro de Exteriores de Marruecos, Nasser Burita, ha considerado que el cambio de posición de España sobre el plan de autonomía para el Sáhara Occidental forma parte de una nueva «dinámica» y ahora espera que otros países salgan también de la «zona de confort».

Burita se ha reunido este martes en Rabat con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, de quien ha recibido de nuevo un apoyo explícito al plan de autonomía presentado en 2007 para resolver el litigio territorial en torno a la antigua colonia española.

El jefe de la diplomacia marroquí ha subrayado ante los medios que el hecho de que ahora el Gobierno de Pedro Sánchez respalde dicha iniciativa es un hito «muy positivo» y, en este sentido, espera que «se abra un nuevo capítulo», como ya resaltó el rey Mohamed VI tras recibir la carta del mandatario español.

Sin embargo, ha querido poner en valor que España no es el único país que ha aceptado las tesis de Rabat, aludiendo también a Alemania, y ahora confía en que se sumen a esta nueva «dinámica» más gobiernos, «principalmente» europeos.

En su opinión, no basta con «apoyar un proceso» para resolver los asuntos pendientes, en alusión al respaldo generalizado que hay a la labor del enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, cuyo trabajo ha respaldado este martes el propio Blinken.

Para Estados Unidos, el plan de autonomía marroquí, rechazado de plano por el Frente Polisario, es «serio, creíble y realista», una «potencial» solución para responder a las «aspiraciones» del pueblo saharaui. Blinken confía en que pueda lograrse un «futuro próspero» para esta población.

Burita ha subrayado que la posición de Estados Unidos sobre el plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara Occidental es «firme y estable» y pasa por asumir que es «la única solución posible» al litigio territorial.

Blinken, sin embargo, no ha aludido en su comparecencia al reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, concedido en diciembre de 2020 por el entonces presidente norteamericano, Donald Trump, y asumido ‘de facto’ por la Administración de Joe Biden.

El secretario de Estado de Estados Unidos ha defendido que Marruecos es un país aliado y se ha ofrecido a seguir estrechando lazos para aprovechar todas las «oportunidades», así como a ayudar en cuestiones como la sequía o los problemas de suministro derivados de la guerra en Ucrania.

Blinken ha alabado la «ambiciosa» agenda de reformas impulsada por el rey de Marruecos, aunque ha abogado por seguir trabajando en cuestiones como las libertades de expresión y asociación, la transparencia o la reforma judicial, y ha destacado e «importante papel» del reino alauí en materia de seguridad en toda la región.