Subirats aboga por una ley de Universidades «no reglamentista» y que marque «horizontes»

El ministro de Universidades, Joan Subirats, ha abogado por una nueva Ley de Universidades que «no puede ser muy reglamentista y ha de marcar horizontes» como una ciencia accesible para todos o la formación a lo largo de la vida, así como ha asegurado que «los chiringuitos no podrán ser universidades».

Así lo ha expresado en una entrevista con el diario ‘El País’, en la que se ha referido a la futura ley como un proyecto «avanzado», pero que tiene que hacer suyo, lo que pasa por «poner énfasis en el valor de la docencia» o que recoja «bien» la «complejidad» de un sistema universitario que tiene como grandes actores a la UE, el Estado, las comunidades y, «algo innegociable», la autonomía de las universidades.

«Hay que respetar sus espacios de poder. La ley no puede ser muy reglamentista y, en cambio, ha de marcar horizontes, hacer florecer elementos: la ciencia abierta, la ciencia ciudadana y la formación a lo largo de la vida», ha defendido, para precisar que son cosas que hay que «reforzar» en la ley.

«En 2029, dice Europa, un 60% de la gente se estará formando. ¿Puede ser posible en España sin contar con las 50 universidades públicas?», ha cuestionado también Subirats, quien ha apostado por conseguir que la «universidad o sea una decepción» y ha apuntado a la necesidad de «defender a los estudiantes» del negocio de la formación permanente con la «defensa de la docencia».

Respecto al profesorado, se ha referido a la figura del asociado y ha lamentado que la «idea» de este perfil ha sido «totalmente tergiversada». «No logramos atraer a profesionales de prestigio como asociados. Tendremos probablemente que pagar más. No podemos convertir esa figura en un refugio de precariedad y la forma de reducir la carga docente de titulares y catedráticos», ha dicho.

«Reducir al 20% la temporalidad creo que es correcto, pero para recuperar el perfil de asociado. La reforma laboral trabaja también en una lógica de evitar la precarización, por ejemplo eliminando los contratos de obra y servicio», ha agregado al respecto. En este sentido, ha indicado que su cartera trabaja con la de Ciencia para ver si hay una «fórmula» que «permita que los contratos duren lo que el proyecto».

Por otro lado, Subirats ha asegurado que en la actualidad las universidades privadas no pueden ser «chiringuitos». » El decreto (de creación y reconocimiento de las universidades) intenta poner un poco de orden en un sistema que tenía el peligro de que le llamásemos universidad a cualquier cosa. Las universidades tienen que cumplir unas condiciones determinadas (…). Los chiringuitos son ahora más difíciles de hacer. Si no cumplen (con el decreto), tendrán que decidir qué quieren ser porque no podrán ser universidades», ha manifestado.

DEFIENDE A CASTELLS

Cuestionado por el exministro de Universidades Manuel Castells, el nuevo titular ha afeado las críticas y ha explicado que este «no pudo desplegar lo que venía a hacer». «Me contó sus planes de visitar los centros. Fue a la Universidad de Barcelona, País Vasco y llegó la pandemia«, ha relatado.

Asimismo, ha censurado que se «devalúe» la figura de Castells por dos años «en un momento excepcional», algo que, a su juicio, es «totalmente injusto».

Subirats ha apuntado también al conflicto catalán, un tema sobre el que, ha dicho, ha habido un «cambio importante» con la mesa de diálogo. «Ahora se asume que estamos frente a un problema político. Ahora tienen que pasar cosas», ha advertido.

Asimismo, ha asegurado que no sabe si estará presente en la mesa, pero ha hecho hincapié en la necesidad de «conseguir que haya procesos de avance, que esa mesa dé frutos. Cosas que pongan de relieve que se reconoce el problema y se buscan fórmulas de solución».

En este contexto, y en referencia a sus recientes sugerencias de celebración de una consulta sobre la estructura del Estado, ha contado que el Gobierno no le ha llamado la atención al respecto. «Yo lo que dije es que cualquier modificación en el sistema político debería tener una ratificación por consulta. Esto es, si se llega a un acuerdo tendrá que haber algún tipo de votación», ha apostillado.