Siempre se habla de lo saludable que es la dieta mediterránea, y el aceite de oliva es, sin duda, uno de sus productos estrella. Tienen muchas propiedades beneficiosas para la salud. Hoy nos hacemos eco de un nuevo estudio científico que no solo avala lo saludable que es consumir aceite de oliva todos los días, sino que nos indica la cantidad que deberíamos tomar para alargar nuestra vida.[nextpage]
La autora del estudio es especialista en la dieta mediterránea
El estudio fue publicado en el Journal of the American College of Cardiology. La autora principal del estudio es Marta Guasch-Ferré, investigadora científica senior del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard e Instructora de Medicina de la Escuela de Medicina de Harvard (EE. UU.). Además de Doctora en Epidemiología Nutricional. Sus intereses se centran en analizar el papel de la dieta mediterránea en la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.
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Se trata del primer estudio de este tipo que se centra en el aceite de oliva
La doctora Guasch-Ferré explica que “Este es el primer estudio prospectivo en tres cohortes americanas que demuestra que los participantes que consumen más aceite de oliva tienen menos riesgo de mortalidad por todas las causas y por motivos específicos” a lo que posteriormente añade que: “Hemos encontrado, además, que en análisis hipotéticos de sustitución, consumir aceite de oliva en lugar de margarina, mantequilla, mayonesa u otras grasas animales se asocia a menos riesgo de mortalidad, especialmente mortalidad cardiovascular”.
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Se analizó el consumo de aceite de oliva de un grupo de personas durante 28 años
En el estudio participó un equipo multidisciplinar en el que también están integrados los españoles Miguel Ángel Martínez-González (Universidad de Navarra) y Jordi Salas-Salvadó (Universidad Rovira y Virgili). Se tomaron como objeto de estudio a 60.582 mujeres y 31.801 hombres que, en el año 1990, fecha de comienzo del estudio no tenían ningún tipo de patología cardiovascular ni cáncer. Se les hizo un seguimiento a lo largo de 28 años, y, cada cuatro años se hacía una evaluación del tipo de dieta que seguía.
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Cómo se calculaba el consumo de aceite de oliva
Para calcular el consumo de aceite de oliva de los participantes se tuvieron en cuenta tres puntos, el aceite de oliva utilizado para aderezar ensaladas, el consumido añadido al pan o a otros alimentos y el que se usaba a la hora de hornear o de freír. La referencia era que una cucharada de aceite de oliva equivalía a unos 13,5 gramos. También se calculó el consumo de otros tipos de grasas y también de lácteos
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El estudio reafirma los beneficios del consumo de aceite de oliva
Marta Guasch-Ferré explica que los resultados obtenidos en el estudio vienen a reafirmar “las recomendaciones actuales de aumentar la ingesta de aceite de oliva y otros aceites vegetales insaturados”. En su opinión, llegado este momento y con los datos en la mano: “Los médicos deberían aconsejar que se sustituyan ciertas grasas por aceite de oliva para mejorar su salud”. A lo que añade que: “Los datos obtenidos ayudan a hacer recomendaciones más específicas, que serán más fáciles de entender para los pacientes y, con suerte, de implementar en sus dietas”.
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Las personas que consumían más aceite de oliva eran más activas
Los resultados del estudio son determinantes para los investigadores. Durante los 28 años que duró fallecieron 36.856 del grupo de control. Se comprobó que las personas que consumían mayores cantidades de aceite de oliva, tenían ascendencia mediterránea o del sur de Europa. Además, eran personas, en general, más activas físicamente. Tenían menos propensión a fumar y también consumían habitualmente más frutas y verduras. Su ingesta media total de aceite de oliva era de unos 9 gramos al día. Este grupo representaba aproximadamente al 5% de los participantes.
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Las personas que consumían más tenían menos riesgos de enfermar
Al hacer una comparativa entre el grupo de personas que nunca consumía aceite de oliva con las que lo consumían habitualmente, se descubrió que los segundos tenían un 19 % menos de riesgo de mortalidad cardiovascular, un 17 % menos de mortalidad por cáncer, un 29 % menos de mortalidad neurodegenerativa y un 18 % menos de mortalidad respiratoria. Otro de los descubrimientos del estudio fue que sustituir 10 gramos de grasa al día de margarina, mantequilla o grasas lácteas por aceite de oliva también significaba entre un 8 y un 34 % menor de mortalidad total y por causas específicas.
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El consumo de aceite de oliva suele enmarcarse en una dieta más sana
La doctora Marta Guasch-Ferré también explicaba que: «Es posible que un mayor consumo de aceite de oliva sea un marcador de una dieta más saludable en general y de un mayor nivel socioeconómico. Sin embargo, incluso después de ajustar estos y otros factores de estatus socioeconómico, nuestros resultados siguieron siendo en gran medida los mismos«.
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Se recomienda consumir al menos 7 gramos de aceite de oliva al día
Con todos estos datos en la mano, los autores del estudio tienen claro que consumir media cucharada sopera de aceite de oliva al día, lo que vienen a significar unos 7 gramos es una ayuda inestimable para reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, también cáncer y enfermedades neurodegenerativas o enfermedades respiratorias.
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La fundación española del corazón también recomienda el consumo
La Fundación Española del Corazón también lleva años explicándonos los beneficios que tiene para la salud el consumo de aceite de oliva. Entre otros podemos destacar los siguientes:
- Disminuye los niveles del colesterol LDL-c ( el llamado ”colesterol malo”), a la vez que eleva los niveles de colesterol HDL (el “colesterol bueno»).
- Ayuda a regular la hipertensión arterial
- Previene y ayuda a reducir la diabetes y las trombosis.
El mejor aceite para consumo es el aceite de oliva virgen extra que se obtiene de la primera vez que las aceitunas son prensadas en frío. Es por lo tanto el aceite más puro y concentrado y también el que aporta más sabor a nuestros platos. Este aceite es rico en antioxidantes naturales como los polifenoles y la vitamina E.[/nextpage]
