La leche es omnipresente en la vida moderna. Desde su lugar en la mesa del desayuno hasta ser el componente base de la mantequilla y el queso, sea de cabra, oveja o vaca, es un ingrediente sin el que muchos de nosotros no podemos vivir. Por eso, la mayoría de los frigoríficos tienen leche en su interior, y la fecha de caducidad indicada por el fabricante orienta a los consumidores sobre cuándo debe utilizarse.
Como todos, debes estar buscando trucos para que tus alimentos duren más. La leche refrigerada y sin abrir se conserva hasta una semana después de su fecha de consumo preferente. La leche desgrasada, como la del 1% o la del 2%, puede durar hasta 10 días. Una vez abierta, la leche durará entre 4 y 7 días en el frigorífico. También puede conservarse en el congelador hasta un año sin que pierda calidad.
1Recomendaciones de la FDA
A veces, puede parecer una carrera contra el reloj para utilizar todos los productos lácteos antes de que se estropeen. Y aunque la leche es extremadamente versátil (¡casi todas las recetas requieren una taza!), ciertamente no es barata – y no nos gusta desperdiciarla.
Tanto si eres un fanático de la leche láctea cargada de calcio y vitamina D como de una de las muchas alternativas de origen vegetal, no eres el único que quiere aprovechar al máximo sus compras. Por suerte, hay una solución fácil: congelar la leche.
Aunque algunos sitios afirman que se puede almacenar la leche congelada hasta seis meses, la FDA recomienda consumir la leche en los tres meses siguientes a su congelación. Pero, por desgracia, se sabe que la leche absorbe el olor de cualquier alimento que se almacene cerca, por muy grueso que sea su recipiente. Lo mejor es consumir la leche congelada en el plazo de un mes y guardarla lejos de pescados, carnes y otros alimentos especialmente picantes.
