Albares propone «contención y diálogo» ante la escalada entre Marruecos y Argelia

El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares, ha reconocido este martes la «preocupación» del Gobierno ante la escalada de tensión entre Marruecos y Argelia al tiempo que ha propuesto como «receta» a ambos países vecinos y socios «contención y diálogo».

«La situación en estos momentos es altamente preocupante», ha admitido el presidente, en respuesta a la pregunta formulada por el senador de Más País Pablo Gómez sobre el «aumento de la tensión en el Sáhara«, donde el Frente Polisario dio por roto el alto el fuego con Marruecos hace un año a lo que se ha sumado también la ruptura de relaciones por parte de Argelia con el reino, al que ha acusado de matar a tres argelinos en un bombardeo.

Sin entrar en detalles, Albares ha dicho que también ha trasladado esa preocupación a las partes, a las que ha pedido «contención en sus acciones y diálogo», subrayando que se trata de «socios estratégicos» para España.

En este sentido, ha destacado que con lo que ocurra «nos jugamos nuestra propia prosperidad y nuestra propia estabilidad», debido a la importancia que tienen estos países en materia energética, migratoria o de lucha contra el terrorismo. Por ello, ha abundado, «contención y diálogo es nuestra receta».

CAMBIO DEL PSOE

Ante estas palabras, Gómez ha cuestionado la postura del PSOE respecto al Sáhara, defendiendo que cuando era oposición reclamaba que al Gobierno promoviera una solución que garantizara «el derecho a la autodeterminación» del pueblo saharaui y ahora que está en la Moncloa apela a la discreción en política exterior y niega que España siga siendo potencia administradora.

En este sentido, ha preguntado al ministro con cuál de los dos PSOE hay que quedarse, «con el que abraza las resoluciones de la ONU o el que defiende los intereses de la monarquía marroquí ante la UE» y le ha invitado a que visite los campos de refugiados para que vea «el drama humano que la ocupación marroquí y el silencio de los sucesivos gobiernos españoles han provocado».

«España no es súbdito de nadie y merece tener una política exterior libre e independiente, no dictada por Rabat», ha esgrimido el senador de Más Madrid, preguntando directamente a Albares si el Gobierno «se va a quedar de brazos cruzados o va a ofrecer soluciones» y si «apoya la celebración de un referéndum tal y como lo establece la ONU».

El titular de Exteriores le ha acusado de decir «muchas cosas que no son ciertas en absoluto» y le ha afeado que acuda al Senado a preguntar por la postura del Gobierno «cuando la conoce perfectamente». Dicha postura, pasa por «la centralidad de la ONU» y que pasa por «una solución política, justa y mutuamente aceptable» basada en las resoluciones de Naciones Unidas.

CONDECORACIÓN A IVÁN DUQUE

Por otra parte, el ministro ha defendido la concesión del Collar de la Orden de Isabel la Católica al presidente de Colombia, Iván Duque, durante su reciente visita a España, después de que la senadora de ERC haya cuestionado este gesto del Gobierno.

En su defensa, Albares ha dicho que es una «práctica» que se ha venido manteniendo con todos los anteriores presidentes de Colombia durante sus visitas antes de que concluyera su mandato y nueve de ellos la recibieron. Pero no solo de Colombia, sino que otros muchos mandatarios de otros países también la han recibido, ha añadido, enumerando algunos de ellos, incluido el de Italia, Sergio Mattarella, quien precisamente se encuentra de visita de Estado.

Surra ha considerado que «no es una respuesta de recibo» y ha mostrado su incomprensión por el hecho de que «un Gobierno que se pretende defensor de los Derechos Humanos» y «supuestamente progresista» haya condecorado a un presidente al que, entre otras cosas, ha dicho, se ha acusado de delitos de lesa humanidad. En este sentido, ha pedido la anulación de la condecoración.

Albares ha replicado a la senadora de ERC pidiéndole que «separe lo que es un acto protocolario de lo que es de verdad la defensa de los Derecho Humanos» y ha asegurado que el Gobierno no diferencia entre países a la hora de defender los derechos fundamentales, mencionando por ejemplo su condena a la «burla» de las elecciones en Nicaragua.