Mejillones: los errores básicos que cometes al elegirlos y cocinarlos

De todos los frutos del mar, el mejillón es uno de los más accesibles y también de los más ricos. Este molusco queda perfecto en arroz, ensaladas, solitos con un buen chorro de limón y aceite de oliva virgen extra y en caso de hacerlos en una lasaña, el sabor resultante es realmente alucinante. Para que los mejillones queden perfectos, hay algunos errores que aunque son muy comunes, debes evitar cometer.

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Consecuencias de los errores cometidos al elegir mal los mejillones

Tal como sucede con otros productos marinos, los mejillones pueden causar intoxicaciones alimenticias de importancia. Al ser moluscos bivalvos como las almejas, ostras, vieiras y berberechos, los mejillones son muy sensibles a la calidad del medio marino.

Cuando se eligen mal, los bivalvos pueden representar un elevado riesgo sanitario. Por esta razón es importante, no solo saber escogerlos, sino también extremar todas las medidas preventivas durante su manipulación, higiene, preparación y conservación.

Cocidos

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El principal problema sanitario de los mejillones

Mejillones: Los Errores Básicos Que Cometes Al Elegirlos Y Cocinarlos

Al tratarse de bivalvos, el principal problema de los mejillones radica en que son filtradores. Esto quiere decir que el agua, se encuentre limpia o contaminada, les atraviesa libremente, tocando directamente su carne.

Cualquier toxina que se encuentre presente en el agua contaminada, puede ser absorbida por la carne durante el proceso de filtración y ser altamente peligrosas para los seres humanos. En todos los mercados, o en casi todos, es posible conseguir mejillones frescos y también congelados, y en ambos casos se cometen errores que fácilmente puedes evitar.

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Comenzar las compras con los mejillones

Frescos

Sean frescos o congelados, los mejillones nunca deben elegirse de primeros al ir de compras. En el caso de los congelados, un error muy frecuente es escogerlos y llevarlos a la cesta de compras mientras se recorre el resto del mercado para tomar otros productos.

Siempre que compres estos moluscos, déjalos de últimos en la lista; de esta manera evitas interrupciones en la cadena de frío y minimizas todos los riesgos asociados.

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Recogerlos tu mismo

Mejillones: Los Errores Básicos Que Cometes Al Elegirlos Y Cocinarlos

Los mejillones que se encuentran en venta en las principales cadenas y mercados han pasado por estrictos controles sanitarios para poder llegar a tus manos. Una medida que debes tener en consideración, es evitar recogerlos tu mismo.

Es probable que en algún viaje a la playa puedas tener la oportunidad de conseguir mejillones en las rocas, y ante la tentación de considerarlos frescos, quizás pienses en tomarlos tu mismo. Contrario a lo que piensas, esta práctica puede resultar sumamente peligrosa, así que evita tomarlos tú mismo y consumirlos crudos.

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Comprarlos abiertos

Abiertos

La cáscara de los mejillones debe estar cerrada al momento de comprarlos. Si por alguna razón notas que está abierta, con tus dedos dale un golpe muy suave. En caso de que se cierre, no hay ningún problema y puedes adquirirlo, pues esto significa que se encuentra vivo.

Si al darle el suave toque igual permanece abierto, no lo escojas para tu compra y de hecho notifica al vendedor para que le retire. 

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No fijarte en el estado de la cáscara

Mejillones

Si comprarlos perfectamente cerrados es necesario para garantizar que están en buen estado, fijarte en el estado en el que se encuentra la cáscara es también vital. Comenzando por el color, este siempre ha de ser azul a negro, aunque puede presentar variaciones hacia el verde claro u oscuro.

La cáscara de los mejillones también debe lucir húmeda y brillante. De igual forma no debe presentar grietas. Mientras más cerrada esté, menos probabilidades de estar contaminado en su interior habrá.

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Comprarlos con aromas extraños  

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Así como debes cerciorarte de todos los aspectos que te mencione, es necesario que también recurras al detector de frescura por excelencia, que no es más que nuestro sentido del olfato. Por hermoso que podamos ver un alimento, muchas veces al olerlo es cuando nos percatamos de que algo no anda bien…

Tal como sucede con los pescados, los mejillones frescos deben oler a mar. Si tienen algún olor extraño que no te recuerde a la playa, es mejor evitar comprarlos.

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Limpiar mal los mejillones

Mejillones

Los mejillones son naturalmente limpios en su interior; sin embargo es importante lavarlos muy bien, preferiblemente con agua de mar. Posterior a lavarlos con agua de mar estarán perfectos. 

En caso de no contar con agua de mar, puedes lavarlos en agua corriente y eliminar bien los bisos, también conocidos como las barbas, finas hebras que le permiten sujetarse a las rocas y que es necesario que se les retire antes de cocinarlos.

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Conservarlos durante mucho tiempo

Conservarlos

A ver, preocuparnos en comprarlos frescos, hermosos y radiantes, no habrá valido la pena si al llegar a casa se les congela por una excesiva cantidad de tiempo. Mientras más frescos estén al cocinarlos, mucho mejor.

En caso de no tener más opción que guardarlos por un par de días, hazlo dentro de la nevera y envueltos en un paño humedecido con agua y sal gruesa justo en la zona menos fría del frigorífico.

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Los errores más comunes al cocinarlos

Mejillones

Los mejillones quedan mejor al cocinarlos al vapor, o con muy poca cantidad de agua inundarlos en agua durante la cocción es uno de los errores más comunes. Para cocerlos al vapor y conseguir el término perfecto, debes permitir que se cuezan en una olla amplia en la que no queden amontonados y colocar siempre una tapa.

Sobrecocerlos es otro error común. Los mejillones no necesitan más de un par de minutos al fuego máximo para que se cuezan perfectos. Mientras más tiempo los dejes cocinar, estos se comenzarán a volver chiclosos y desagradables.

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