A la hora de cocinar nada mejor que ahorrar tiempos en la cocina. Son muchos los platos tradicionales que deben comerse frescos, pero a su vez hay unos muy tradicionales y que resuelven un menú en pocos minutos que se pueden congelar y disfrutar por meses. Las croquetas son unas de estas preparaciones y tenerlas en el refri es una solución maravillosa al momento de un apuro.
Las croquetas forman parte de esos ricos manjares que son buenos a cualquier hora, pueden servir como un acompañante de unos tragos entre amigos y también para servirlas como plato principal en una comida. Esto sin hablar de su versatilidad, la cual hace posible aprovechar algunas sobras para hacer una verdadera exquisitez en tan solo minutos.
Tener croquetas en el congelador es una bendición al momento de tener que hacer una comida en corto tiempo, y si las congelas de la manera correcta, tendrás croquetas a tu disposición durante varios meses.
Así que si tienes unos sobrantes de guisos, jamones o vegetales, pon manos a la obra y transfórmalos en unas crujientes croquetas que te van a salvar la vida cuando más las necesites.
El mejor consejo para las croquetas
Aunque el mejor consejo que puedo ofrecerte es no congelarlas una vez que estén fritas, seguramente conseguirás otros tips que te sugieren que sí puedes hacerlo y que para disfrutarlas las debes freír poco a poco…
En todo caso lo dejo a tu elección y si deseas, la próxima vez que hagas croquetas, prueba congelar una cocida y cuando la disfrutes más adelante me comentas tu experiencia. En lo particular prefiero evitar riesgos y garantizar que el resultado será óptimo y delicioso.
