Usar eficazmente los fondos UE y no dejar caer a las empresas, claves de la recuperación

La utilización efectiva de los fondos europeos y la sostenibilidad del tejido empresarial son claves para el crecimiento de la economía española a medio y largo plazo, según el ‘Informe Económico y Financiero’ elaborado por Esade y Banco Sabadell.

Este informe, cuya dirección ha corrido a cargo del director del Centro de Políticas Económicas de Esade, Toni Roldán, pone de manifiesto que, pese a que la vacunación avanza a buen ritmo y que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) del Gobierno para invertir los fondos europeos ha sido recibido de forma muy positiva en Bruselas, todavía quedan «algunos aspectos» que concretar y mejorar.

En concreto, en lo que se refiere a la gestión de los fondos europeos, el informe señala que «el Gobierno debe apostar por las reformas estructurales postergadas desde hace tiempo», tanto en el ámbito de mercado laboral, fiscalidad y pensiones; así como sacar mayor provecho del capital humano gracias a la educación y las políticas activas de empleo.

Por otra parte, pide dedicar «mayor esfuerzo» a mejorar la transparencia de la selección de proyectos, a fin de asegurar la máxima rentabilidad en la inversión.»Existe el riesgo de que la necesidad de una rápida ejecución termine con la selección proyectos subóptimos y favorezca a los incumbentes, en detrimento de los más transformadores», ha advertido Roldán.

Para llevar a cabo estas mejoras, los expertos de Esade han propuesto optimizar la labor de la Administración Pública «dotándola de los medios técnicos y humanos necesarios» y avanzar en la construcción de amplios consensos, «tanto a escala estatal como territorial». En este último ámbito, plantean también una coordinación con las administraciones locales y regionales, con «mayor experiencia» en la implementación de fondos europeos.

En cuanto al apoyo del tejido productivo, han recomendado «afinar» las medidas de política económica para frenar la pérdida de éste a medida que se vayan retirando las ayudas concedidas durante estos meses. «Las nuevas medidas de apoyo deberían concederse rápidamente a las empresas viables, pero con problemas de solvencia, y evitar, en la medida de lo posible, canalizar recursos a empresas inviables», han recomendado los autores.

RECUPERACIÓN DESACOMPASADA

A escala internacional, los autores del Informe Económico y Financiero de Esade han afirmado que «la recuperación no se va a dar de forma sincronizada en todo el mundo» y que los factores determinantes para la recuperación serán el control sanitario de la pandemia y las políticas económicas utilizadas.

El informe también pone de manifiesto que las economías avanzadas, las políticas monetarias expansivas de sus bancos centrales y el aumento del gasto de sus gobiernos han creado unas condiciones financieras «muy favorables» y se ha podido mantener el flujo de ingresos de familias y empresas. Sin embargo, las economías emergentes son más vulnerables; si aumenta la incertidumbre o si los países avanzados cambian abruptamente la orientación de la política monetaria, con el consiguiente aumento de los tipos de interés, en éstas se verán importantes episodios de repatriación de capitales e importantes aumentos en las primas de riesgos de deuda tanto pública como corporativa.

El Informe también recalca que, en el caso de los países en vías de desarrollo, la recuperación dependerá en parte de sus reservas de divisa, del plazo de vencimiento de su deuda pública y de sus riesgos políticos y sociales particulares.

En lo que se refiere a China, Esade ha explicado que, aunque este país sea uno de los que más rápido se ha recuperado del impacto económico de la pandemia, las medidas tomadas para superarla han aumentado algunas vulnerabilidades previas a ella, especialmente su endeudamiento. Si dichas medidas desaparecen de forma abrupta, se endurecerán sus condiciones financieras con el consecuente descenso en las cotizaciones bursátiles de sus empresas.

Esade también ha advertido de que la crisis generará «cicatrices» en la economía global a medio plazo, especialmente en el empleo, el tejido empresarial y la productividad. En concreto, Esade avanza que, en un horizonte de cinco años, el nivel de producción será un 3% inferior al previsto antes de la crisis en las economías desarrolladas, un 4,5% menor en las emergentes y en desarrollo, y hasta un 6% en el caso de los países más pobres.

«Estas cicatrices serán mayores en las economías donde hayan desaparecido más empresas viables y donde la interrupción de la escolarización haya afectado más a la productividad», han subrayado los autores del Informe.

Para solucionar estos problemas, proponen programas de tutorías individualizadas para alumnos de entornos vulnerables y «políticas que eviten que las personas caigan en largos periodos de desempleo, gasto en investigación e inversión en educación e infraestructuras».

CONTROLAR LA DEUDA Y REDUCIR EL DÉFICIT

Además, el Informe también apunta que muchas empresas «conseguirán salir adelante» gracias a las políticas económicas y ayudas llevadas a cabo por los gobiernos, pero lo harán con un «alto nivel de endeudamiento». En este sentido, Esade propone que se intente que ninguna empresa viable tenga que cerrar por problemas de liquidez o solvencia y que la retirada de los estímulos y ayudas sea muy gradual para evitar la caída de la actividad económica.

También proponen el lanzamiento de programas de garantía pública de créditos e inyecciones de capital, mediante acciones preferenciales, que incluyan una clara estrategia de salida, y otros instrumentos híbridos como los préstamos de participación de beneficios.

Otro gran riesgo de la recuperación a escala global son los elevados niveles de déficit público y deuda pública que, a finales de 2020, se situaban en el 11,7% y 97,3% del PIB global, respectivamente. En este apartado, los expertos de Esade, han apuntado que «resulta de vital importancia llegar a un equilibrio entre los riesgos que supone el aumento excesivo de la deuda púbica y aquellos derivados de una retirada prematura del apoyo de las políticas fiscales». Para ello, han explicado que es necesario realizar planes fiscales creíbles a medio plazo, que contemplen el mantenimiento, a corto, de un determinado impulso fiscal.

Por último, los autores han apuntado que «la recuperación no será total hasta que la pandemia esté bajo control en todo el planeta» y que esta circunstancia solo se producirá si se lleva a cabo el plan de vacunación del Fondo Monetario Internacional para inmunizar la población de todos los países del mundo entre 2021-2022, para el que el apoyo económico de los países desarrollados será clave.