La Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (ASEPAL) considera que el fin de la obligatoriedad del uso de mascarillas en exteriores a partir del próximo sábado hará disminuir la demanda de estos productos, lo que supondrá la desaparición de muchas empresas «oportunistas» que entraron durante la pandemia en este sector, que facturó 900 millones de euros anuales en España en 2019.
El presidente de ASEPAL, Javier Muñoz, recuerda que, a principios del año pasado, el incremento de demanda en los Equipos de Protección Individual (EPI) fue «exponencial» y, solamente en China, aparecieron más de 30.000 fábricas nuevas, la mayoría con orígenes «muy alejados de la seguridad y la protección». En España también aparecieron muchas fábricas «sin ninguna trayectoria, conocimiento o experiencia en el ámbito de la seguridad y la protección».
Desde la patronal (que representa al 90% de las empresas de fabricación y distribución de EPI) consideran que el pico de demanda que hubo a principios del año pasado «no es sostenible» y que con el fin de la obligatoriedad del uso de mascarillas en exteriores «el nivel de pedidos va a bajar». Además, en la actualidad existe un exceso de oferta.
«Un número muy elevado de empresas entraron en el sector de las mascarillas de manera oportunista, con cierto nivel de intrusismo y ausencia de un mínimo nivel técnico. En varios casos lo hicieron con buena intención, aportando un granito de arena durante el momento de desabastecimiento. Pero muchas de estas nuevas empresas pensaban que entraban en un negocio que era una gallina de los huevos de oro, y que el nivel de precios y el nivel de demanda iba a mantenerse en el tiempo. Ahora, la gran mayoría saldrá de manera rápida del sector», sostiene Muñoz.
A juicio de la ASEPAL, la demanda se irá «poco a poco» aproximando a la que existía en 2019, aunque no llegará a alcanzar ese nivel. El principal demandante de mascarillas quirúrgicas volverá a ser el sector sanitario, mientras que el industrial será el principal sector comprador de mascarillas autofiltrantes (FFP2 y FFP3). Sin embargo, seguirá existiendo un consumo a nivel particular de mascarillas durante los próximos años.
«En lugares cerrados, como aviones o trenes, los ciudadanos seguirán usando mascarillas durante un tiempo», apunta Muñoz. Por ello, la supervivencia de las empresas del sector estará principalmente condicionada «por su conocimiento, experiencia, fiabilidad, trayectoria y capacidad de aportar valor con las máximas garantías». Así, matiza que «solamente las mejores podrán sobrevivir».