Calviño apuesta por «europeizar» el mercado laboral español

La vicepresidenta segunda y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha señalado este miércoles que España tiene que «europeizar» el mercado laboral y eliminar algunos desequilibrios del empleo español como la precariedad en los contratos, el «inaceptable» nivel de paro juvenil y la alta tasa de paro estructural.

Durante su intervención en en el ‘II Foro Económico Internacional’ organizado por ‘Expansión’, Calviño ha indicado que si bien España cuenta con «grandes activos» que invitan al optimismo, también «hay que ser lúcidos con los desiquilibrios» del mercado laboral español.

Asimismo, la ministra ha subrayado la importancia de cubrir el déficit inversor que España arrastra desde la crisis financiera de 2008. En concreto, Calviño ha señalado que desde hace una década la inversión ha caído desde unos niveles de entre el 4% y el 5% hasta un 2% del Producto Interior Bruto (PIB).

La vicepresidenta ha apuntado que esta falta de inversión «lastra» la posibilidad de desarrollo futuro, por lo que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia resultará «fundamental» para paliar este déficit y dejar unas mejores perspectivas para los jóvenes y las mujeres, que han sido los grupos de la población más golpeados por la pandemia. «El objetivo es dejar un país con mayores oportunidades para nuestros jóvenes», ha resaltado.

Entre los puntos clave del plan del Gobierno, la jefa de la cartera de Economía ha remarcado la importancia de invertir en educación, especialmente en la formación profesional, así como el acceso a una vivienda sostenible, una adecuación de la política fiscal y el refuerzo del sistema público de pensiones.

RESPUESTA A LA CRISIS CON EMISIONES POR VALOR DE 150.000 MILLONES.

De su lado, Calviño ha repasado los esfuerzo del Gobierno para contener los efectos de la pandemia. En este sentido, la ministra ha indicado que el Ejecutivo ha emprendido emisiones de deuda entre 2020 y 2021 por valor de 150.000 millones. La ministra ha apostillado que las nuevas generaciones serán las que paguen esta deuda. «Serán las futuras generaciones las que harán frente a su pago», ha destacado.

Es por ello, según Calviño, que el Plan de Recuperación del Gobierno tiene en los jóvenes uno de sus pilares, ya que supone «una oportunidad de repensar cómo crecemos» en materia de transición ecológica y transformación digital.

De su lado, la ministra ha subrayado que «salud y economía van de la mano», ya que el impulso de las campañas de vacunación han generado una mayor confianza entre la población y, por ende, se ha acelerado el consumo.

EN MAYO SE RECUPERÓ UN 80% DEL EMPLEO DESTRUIDO EN LA PRIMERA OLA.

Por otro lado, Calviño ha indicado que el mercado laboral continúa mostrando signos positivos. Así, las cifras de paro y de afiliación en la Seguridad Social en mayo muestran que el 80% del empleo destruido en la primera ola de la pandemia se ha recuperado.

Según la ministra, esta tendencia positiva también se observa en el número de trabajadores en ERTE, cuyo ritmo de salida se duplicó en mayo con respecto a abril. «Esta es la prioridad, la salida de trabajadores de ERTE, que aumente nuestra capacidad de generación de empleo y que se consolide nuestra recuperación», ha apostillado.

La vicepresidenta ha estimado que los niveles prepandémicos del PIB volverán en 2022 y que en 2023 sea la salida de la crisis definitiva, unos plazos más rápidos que en la crisis de 2008, cuando, según Calviño, se tardó más de 10 años en recuperar los niveles precrisis.

En este sentido, ha apostado por salir de la crisis de una manera diferente que en 2008 para adoptar políticas que permitan incrementar la productividad, crear empleo de calidad y acelerar el crecimiento potencial del PIB por encima del 2% en el medio y largo plazo.

Entre las prioridades del Gobierno, la ministra ha resaltado la apuesta decidida por la vacunación, la estabilidad financiera, el apoyo del tejido productivo y el despliegue del Plan de Recuperación «de manera ágil y eficaz», que concentra una primera fase de tres años con un volumen de 70.000 millones de euros de inversión pública, además de un programa de reformas estructurales.