A la hora de operarte, lo mejor es tener una gran confianza con tu cirujano, para que tenga una idea de qué es lo que realmente quieres, o no. Lo que es acorde según el resto de tu cara, o si habría que cambiar algo más. No vaya a ser que cometas los mismos errores que estas personas, y acabes con demasiada silicona donde no deberías.
[nextpage title=»Labios como morcillones»]
Morcillones
Y mira que nosotros nos reíamos en nuestro tiempo de la chica esa, la Yola Berrocal. Pero se quedaba corta comparada con esta chica. Además, es una pena, porque esta tiene pinta de que antes de operarse tenía pinta de ser un bellezón.
Lo malo es que no se ha marcado un Kylie Jenner, sino que se entregó a su cirujano, para acabar con una sobredosis de silicona, que haría de Pinocho un niño real, o dos.
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[nextpage title=»Pandero como el de un caballo»]
Posaderas bien posadas
Tener un buen pandero es importante. La gente, tanto hombres como mujeres, se fijan mucho, sobre todo si lo tienes terso, con carne, y con curvas. Pero también la proporción es importante, y es lo que se le ha olvidado a esta chica decirle a su cirujano.
En realidad, lo que le dijo es «dame lo glúteos de Kim Kardashian», y lo hizo, sin tener en cuenta, que esta chica, mediría la mitad que la celebrity, y al final acaba con una desproporción descomunal. Mejor le hubiera salido si hubiera dicho «dame el cuerpo de un caballo». Porque la verdad, está a punto.
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[nextpage title=»La mujer con pechos que no paran de crecer»]
Duelo de airbags
Aquí nos centraremos en lo evidente: Chelsea Charms, esa mujer cuyos pechos nunca dejan de crecer. Y no es coña, porque sus implantes, que son de polipropileno, tienen la característica de expandirse a lo largo del tiempo. Ella ha tenido la «suerte», por decirlo así, de que han ido creciendo a la vez, cosa que no suele ocurrir.
Al parecer, ya de por sí, tenía una gran copa, pues disfrutaba, al natural, de una copa D, pero se operó tres veces, y la última vez con los implantes naturales. Esto hizo que llegara a esa situación, en la que cada uno de sus melones pesa 11 kilos. Vamos, que si fueran reales, esta mujer podría ser la madre de la humanidad, y alimentarla entera.
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[nextpage title=»Mujer adicta a la cirugía estética»]
Bolas de bolos
Si te fijas una vez más en la foto anterior, y eres capaz de apartar la mirada de Chelsea Charms, puedes ver que quien la acompaña es esta mujer de aquí, Lacey Wildd, que es una de esas obsesionadas con la cirugía.
No ha llegado al estado de Chelsea, pero al ritmo que va, puede que no le falte mucho. De hecho, ahora disfruta de bolas de bolos en lugar de pechos. Y esa comparación es tan burda, porque parecen tan firmes y tan regias, que si te dan en la cara con eso, te produce una contusión grave.
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[nextpage title=»Peligros de la cirugía estética»]
«Un poco por allí»
Lo de esta mujer no tiene nombre. Tampoco sabemos si antes era mujer o no, porque sus rasgos ahora no es que parezcan demasiado femeninos, salvo por los rizos. Esto es también consecuencia de tener como hobbie poner en nómina a un cirujano.
Pero ya sabemos cómo es eso: «un poco por allí», «uy, que está desigual», «entonces otro poco por allá». Y así hasta que ese es el resultado.
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[nextpage title=»Cómo parecerse a Kim Kardashian»]
«Quiero parecerme a ella»
A veces, viendo esta foto, puedes llegar a pensar que hay gente que no debería tener dinero. Este caso es un claro ejemplo de «wannabe», es decir, un «quiero ser ella» en toda regla. Lo malo es que puede permitírselo, aunque de salida, lo de la foto es un «él».
Sí, este tipo se ha gastado millones en cirugía estética, porque quería parecerse a Kim Kardashian. No sabemos qué obsesión tiene la gente por esta mujer, pero los resultados son evidentes, y grotescos. Oye, si lo miras con miopía, igual funciona.
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[nextpage title=»Labios como ventosas»]
Solo una pregunta
Al ver esta imagen, solo te haces una pregunta: «¿por qué?» ¿Qué quería esta chica? ¿Quería tener una ventosa eficiente en vez de labios para poder pegarse a los cristales? Porque eso es lo más antierótico del mundo, por muy poco superficial que seas.
Encima en la foto de la derecha, en la que se ve de medio cuerpo, es mucho más impactante. Realmente es como si fuera drogadicta, pero no se encontraba las venas y se inyectaba todo en los labios. Después de ver esto, ¿quién tiene ganas de operarse?
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[nextpage title=»Mujer con labios operados»]
Ese furby maquillado
Sí, después de ver la foto anterior, puede que esto no impacte demasiado. Pero sí que impacta, porque encima, maquillada, este efecto de labios como morcillones, hace la función de cartel de neón. Y ya si lo combinas con esas cejas tatuadas, y ese maquillaje, no digamos.
Sí, a mí me recuerda a un furby que se pasó con el maquillaje. Porque encima te atreves a ponerte delineador, con esos labios. Solo por si acaso no los habían visto ya.
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[nextpage title=»Coreana que se inyectó aceite»]
Hang Mioku, el exceso en persona
Esto podría considerarse el exceso en persona, y seguramente ya te sabes la historia. Hang Mioku era una chica surcoreana, que tenía una carrera como modelo allá por los años 90. Pero no era lo suficientemente guapa, y decidió operarse. Se fue a Japón, y empezó a obsesionarse con tener las facciones más redondeadas, hasta tal punto que cuando volvió, parecía tener la cara de una mujer bastante más voluminosa.
Sus padres no la reconocieron, pero aún así, ella siguió aficionada a su hobbie. El problema es que los cirujanos asiáticos suelen ser muy pero que muy estrictos y se negaron a operarla para inyectarle más silicona. Sin saber cómo, consiguió, con ayuda de un médico poco fiable, un cargamento de silicona y agujas, y ella misma empezó a hacerse más arreglillos. Tal fue su adicción, que cuando se le acabó la silicona, decidió inyectarse aceite de cocina.
El resultado, si ya de por sí era malo, después fue catastrófico. Ya llega al medio siglo, y se han recaudado fondos para intentar arreglarla, además de intentar proporcionarle ayuda psicológica, pero ella niega tener un problema, y ahora se ha propuesto volver a su antiguo rostro. No hay que ser un experto para saber que eso es prácticamente imposible.
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[nextpage title=»Culo mal operado»]
Si lo haces, hazlo bien
Para aquellas chicas que están deseando operarse: si lo haces, hazlo bien, y paga lo necesario para que sea un buen médico el que te atienda. Nosotros no estamos seguros de estas fotografías, pero una de dos: o los implantes son pura bazofia, o la chica lleva almohadillas en esas mallas y no glúteos.
Sé realista, y ponte aquello que te haga parecer más guapa según tus propios cánones, pero sin llegar a deformidades extrañas que parecen sacadas de películas de terror.
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[nextpage title=»Inyectarse demasiado botox»]
Mejillas como manzanas
Este podría ser un caso incipiente de Hang Mioku, pues el resultado ya empieza a ser de feria. No sabemos ni quién es, ni qué es lo que fue en el pasado, aunque en la foto de la derecha se puede dilucidar que es un hombre.
Uno de esos hombres que dijo «¡quiero tener mejillas tan grandes y sonrosadas como manzanas», y esto fue lo que obtuvo.
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[nextpage title=»Operación para hoyuelos»]
Cuando te quitan en lugar de poner
Este es un caso de lo que te quitan, y no de excesos de añadido. Hay gente obsesionada con cosas de lo más extrañas, por ejemplo, tener un mentón partido, los dientes separados, o en el caso de esta chica, tener hoyuelos. Tenía la obsesión, y decidió operarse.
El resultado? Tener dos irreales agujeros en la cara, como si la hubieran atravesado el rostro con una flecha de punta a punta. Escalofriante.
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[nextpage title=»Operación de nariz mal hecha»]
¿Qué fue de…?
Una nariz mal arreglada puede llegar deformarte la cara entera. Y es el caso de esta mujer, que no sabemos si tuvo el mismo médico que Belén Esteban, o el cirujano de los Jackson, que estaba demasiado perjudicado.
Eso sí, una vez cometes esos errores, la vergüenza es tal, que no vuelves a cometerlos jamás, puesto que sabes que tienes que vivir con esa vergüenza el resto de tus días, o hasta que el cirujano de turno acepte operarte para arreglarte eso. Si es que hasta tiene que producir problemas de salud.
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[nextpage title=»Sheyla Hershey, copa K»]
Una copa distinta
En Gran Bretaña se está poniendo de moda una nueva copa de sujetador: la copa K. Es algo extraño, porque no existen copas naturales de ese tamaño. Por supuesto, es alarmante, porque también te encuentras con que en la mayoría de las fotografías, las mujeres se sujetan los pechos, no sabemos si por darles más realce, o porque no pueden aguantárselas rectas por sí solas.
En cualquier caso, esta es Sheyla Hershey, cuyo objetivo era tener una copa K, y lo consiguió, porque esta es una copa triple, es decir, una KKK.
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