Cómo hacer un bizcoflán, la combinación perfecta de bizcocho y flan

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Para esos días en los que unos piden bizcocho y otros piden flan, este bizcoflán es la receta que los contentará a todos con el mínimo esfuerzo. Al bizcoflán se le conoce también como pastel mágico y es que durante su horneado sucede algo curioso y es que, cuando lo metemos en el horno, debajo está la capa de masa de bizcocho y encima la mezcla de flan completamente líquida.

Sin embargo, durante el horneado, el primer dulce, al ser más ligero y esponjoso, flota sobre el segundo de manera que al salir del horno tenemos las capas invertidas. El resultado es que al volcar nuestro bizcoflán sobre una bandeja tendremos debajo una capa del dulce mullido, encima una de flan y todo ello regado por un delicioso caramelo.

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Otras formas de hacerlo

tamizar harina

Para la elaboración del bizcocho, en otro bol, batimos los huevos con el azúcar hasta conseguir una crema amarillenta que haya duplicado su volumen inicial. A continuación añadimos el extracto de vainilla y mezclamos unos 30 segundos más o hasta integrarlo. Tamizamos la harina y la añadimos a la mezcla anterior. Con una espátula la vamos integrando con movimientos envolventes, de abajo hacia arriba. Una vez tengamos la harina integrada, reservamos la mezcla.

Llegados a éste punto tan solo nos quedará verter ambas elaboraciones sobre el molde. Lo haremos por éste orden: primero la crema del flan y seguidamente sobre ella y con mucho cuidado, la masa del bizcocho. Colocamos una bandeja dentro del horno a media altura y le echamos el agua hirviendo. Para evitar posibles complicaciones y/o quemaduras es aconsejable añadir el agua a la bandeja una vez que esta se encuentra dentro del horno. Así no tendremos que manipularla llena de agua hirviendo.

Por último colocamos el molde sobre la bandeja de horno (dentro de la cual ya habremos echado el agua hirviendo). El agua ha de cubrir unas tres cuartas partes del molde rectangular. Horneamos con calor arriba y abajo, horno precalentado a 180 grados durante unos 45 – 50 minutos o hasta que al insertar un palillo, éste salga limpio. Si a mitad del horneado, observamos que la superficie del bizcocho se está dorando en exceso, podemos colocar una lámina de papel de aluminio sobre él.

Pasado el tiempo de horneado, retiramos la bandeja del horno y seguidamente el molde de la bandeja con agua. Dejamos que se enfríe por completo a temperatura ambiente sobre una rejilla enfriadora. Podemos reservar en el frigorífico sin desmoldar, hasta el momento de servir. Es aconsejable que el bizcoflan esté unas 4-6 horas en la nevera antes de servir. Para desmoldar el bizcoflan nos resultará de ayuda pasar antes una espátula entre el bizcoflan y el molde.

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